Málaga

Adrián, el conductor de VTC que salvó a una joven de una violación en Málaga: “Le pedí que se subiera y seguimos a los agresores”

Policías locales en la zona en que se produjeron los hechos

Policías locales en la zona en que se produjeron los hechos / M. G.

Adrián Maldonado tiene 26 años y en su currículo bien podría incorporar la hazaña que ni él ni la joven a la que puso a salvo olvidarán fácilmente. La madrugada de este pasado sábado al domingo rescató a una chica, de edad cercana a la suya, que iba a ser violada, presuntamente, por dos hombres encapuchados. Ocurrió en calle Cuarteles, en la capital malagueña, pasadas las 5:00.

A punto de acabar su turno de trabajo como conductor de VTC, se topó con la desagradable escena. Según su testimonio, que ha compartido con Málaga Hoy, Adrián fue testigo de cómo dos embozados con un pasamontañas, ataviados de negro, intentaban introducir a la fuerza a una chica, de unos veintitantos años, en un portal. Todo era muy confuso, al punto de que, en un principio, llegó a pensar que se trataba de una discusión de pareja. Pero al acercarse, comprobó que uno de los agresores “la tenía enganchada del brazo” y se la “estaba intentando llevar”.

La chica acababa de despedirse de una amiga, que más tarde contactaría con ella al percatarse de que dos hombres "iban en su dirección". "Cuando iba a avisarla ya era tarde. Ellos cruzaron la acera y se fueron hacia ella", resalta.

Adrián denuncia que, pese a que Cuarteles es una calle "muy transitada, iluminada y amplia", aquella noche "nadie" auxiliara a la joven. Según su relato, el presunto autor ya se había “quitado el cinturón” y había comenzado a “manosearla". Adrián paró la furgoneta y le pidió a la víctima que se subiera. “Empecé a tocar el claxon y los hombres la soltaron, se alejaron de ella, pero no sabía si iban a volver a cogerla”, recuerda. Logró ponerla a salvo, pero no fue fácil. Antes tuvo que ganarse la confianza de la chica, que llegó a sospechar que estaba “compinchado” con sus agresores. Nervioso, y con cierta zozobra, le abrió la puerta del vehículo y le insistió para que entrara. La víctima, muy asustada, accedió una vez comprobó que “no había nadie” dentro. “Le expliqué que era conductor de VTC, que estaba trabajando, que no se preocupara, que iba a llamar a la Policía. Y eché los pestillos”, relata el joven.

Había evitado una violación. Su segundo objetivo era entonces lograr que los agresores sexuales acabaran detenidos. “Lo que hice fue seguirlos. Llamé a la Policía Nacional, que estaba desbordada. Después al 112. Pensando que se podían escapar, se me ocurrió coger otro teléfono que tengo para servicios privados y pude hablar con la Policía Local”, cuenta el conductor. Mientras llegaban los agentes, comenzó, atrevido, a perseguir a los encapuchados. “Iban increpando a todo el que se cruzaba con ellos y golpeando farolas. La Policía me pidió que cerrara puertas y ventanas; yo ya lo había hecho. No sabía si me iban a romper un retrovisor o a sacarme un cuchillo", manifiesta. 

"Me habría enfrentado a ellos"

Con esmero, fue dándole su posición a los agentes. “Me conozco bien las calles y les indiqué hacia dónde iban los agresores. Di la vuelta por calle Salitre. Entré por plaza de Toros Vieja y vi que se dirigían a la zona de Correos. La Policía llegó en 3 minutos y los detuvieron en una calle paralela a la Alameda de Colón”, señala. Según su versión, opusieron resistencia para su arresto. "Le pidieron que se tiraran al suelo. No hablaban español. Uno de ellos decía que no había hecho nada", detalla.

Adrián asegura que “nunca habría dejado que se llevaran” a la chica: “Me habría enfrentado a ellos. Pude ponerla a salvo fácilmente". La acompañó hasta el hospital y la animó a denunciar la agresión. Ahora, con la difusión de su testimonio, espera encontrar a otra chica a la que, supuestamente, según el testimonio de la joven a la que él pudo salvar, los encapuchados también atacaron.

La implicación de este conductor, que apenas lleva un año trabajando en el sector, fue tal que tras rescatar a la víctima acompañó a la Policía para una posible reconstrucción de lo ocurrido. "Los llevé al punto exacto en el que había pasado todo y les expliqué hacia dónde se la iban a llevar", recalca. Los agentes se ofrecieron a pagarle la carrera; también lo hizo la víctima, pero él se negó. "La salvé porque me salía de dentro. No me esperaba encontrar a una mujer pidiendo auxilio y a dos personas con un pasamontañas", confiesa.

Ella le quiso invitar a desayunar, pero él, apresurado porque ya debía hacer el relevo, prefirió entregarle una tarjeta suya de contacto. "Le dije que el próximo día que salga de fiesta me llame para que me quede tranquilo", remacha. Y le insistió, de nuevo, en lo importante de denunciar siempre estos casos para capturar a los autores y así "evitar que le pase a otra".

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