Contenedor de quita y pon
El Metro retira una caseta de obra colocada apenas unas horas antes delante de un comercio de la Explanada de la Estación ante la queja del responsable del local


A veces quejarse tiene efectos positivos. Eso debe pensar Miguel Ángel Jurado, encargado de una tienda de juguetes situada donde antiguamente se levantaba el América Multicines, y al que le ha tocado en suerte compartir el día a día con la obra del Metro. La convivencia forzosa, ya de por sí compleja, se agravó ayer cuando los trabajadores de la empresa encargada de los tajos en la Explanada de la Estación colocaron delante del local un contenedor de obra que cegaba la visión que los potenciales clientes tenían del negocio.
"Me han puesto la caseta justo en la puerta de la tienda, tapando todo el escaparate", se quejaba a este periódico. "No dejan que se me vea desde la calle", añadía, lamentando que a pesar de haber pedido a los operarios que moviesen la instalación, el efecto fue nulo. Aunque la queja le duró poco tiempo. Apenas unas horas después de hacer pública su situación, el director del suburbano, Enrique Salvo, según explicó el propio afectado, se puso en contacto con él para asegurarle que se iba a cambiar la ubicación del contenedor. La rápida reacción provocó la satisfacción del encargado de la tienda, que muy a su pesar seguirá siendo vecino de las máquinas durante algunos meses más, con la incidencia que ello tiene, sobre todo, en la caja registradora. "¿Sabe cuánto he vendido esta mañana? 20 euros", dice.
Relata que la propietaria compró el local en noviembre del año pasado, con la vista puesta en la campaña de Navidad. Tras reformar el establecimiento y abrir sus puertas, a pesar de la proximidad de las zanjas del ferrocarril urbano, la venta no fue mala. Hasta que las fiestas terminaron. "Ahora hacemos de caja unos 150 euros diarios y antes eran unos 1.700", comenta.
"Nos dijeron que iba a haber más distancia desde la puerta hasta la valla, pero hay dos pasos; todos los comercios de la zona estamos unidos y luchando a ver si nos quitan todo esto rápido", cuenta. La consecuencia inmediata de este bajón en las ventas ha sido la reducción de la plantilla. "De tener cuatro dependientas hemos pasado a una, y únicamente por la tarde", añade.
Los tajos de la Explanada de la Estación tienen continuidad en Callejones del Perchel y, desde hace una semana, en la Avenida de Andalucía. Éste es el último punto de la ciudad marcado con la huella del Metro, aunque aún es superficial. Los trabajadores se afanan en el desvío de servicios afectados entre la fuente de Las Gitanillas, ya está envuelta por los andamios ante su próximo traslado, y la fachada del edificio de Correos. La entrada de las máquinas en este punto, no obstante, tendrá que esperar todavía.
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