Málaga

El Metro de Málaga no llegará a la Alameda al menos hasta la segunda mitad de 2021

  • El plazo previsto para la ejecución de la fase de instalaciones y arquitectura aboca la prolongación del recorrido a ese escenario temporal

Imagen de archivo de los trabajos arqueológicos en el tramo del Metro en la Avenida de Andalucía.

Imagen de archivo de los trabajos arqueológicos en el tramo del Metro en la Avenida de Andalucía. / Javier Albiñana

¿Cuándo llegará el Metro de Málaga a la Alameda Principal? Los actuales responsables de la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía vienen eludiendo desde hace meses responder a la pregunta que se hacen miles de malagueños. Y no porque no sepan cuándo se prevé que tenga lugar este hito, si no porque tratan de evitar un nuevo descalabro temporal en una ya extensa secuencia de incumplimientos.

A pesar de la negativa oficial a desvelar calendario alguno y optar por los hechos consumados, en esta ya eterna cuenta atrás en la que se encuentra la obra del ferrocarril urbano se van dejando pistas en el camino que permiten al menos atisbar cómo de larga será aún la espera. Unas señales que abocan irremediablemente a la parte final de 2021 para que se materialice la prolongación del trazado del suburbano y su puesta en servicio desde Renfe.

Una de las piezas que permite ir componiendo de manera parcial el puzle final viene de la mano del concurso mediante el que la Agencia de Obra Pública pretende adjudicar en las próximas semanas el contrato de instalaciones y arquitectura, actuación clave e imprescindible para que los trenes puedan alargar su recorrido en dirección al centro. Las bases iniciales del procedimiento de licitación situaban el plazo de ejecución de estos trabajos en 20 meses, mientras que el coste económico se elevaba a 27,8 millones de euros (sin IVA).

El análisis de las 14 proposiciones empresariales formuladas permite comprobar que mientras hay reducciones de entidad en las ofertas económicas (una de ellas cercana al 30%), no ocurre otro tanto en el caso de los calendarios de intervención. Es decir, todas respetan la previsión inicial de 20 meses. Y esto es crucial para aproximarnos a cuándo podría llegar el Metro a la Alameda.

Conforme al estado actual de esta licitación, no parece previsible que la firma del contrato con la empresa o empresas que asuman esta fase tenga lugar hasta mediados o finales del mes de enero. Algo a lo que contribuye que tras la apertura de los sobres económicos se ha dado un plazo de 10 días para que una de las participantes pueda justificar su propuesta económica, considerada de inicio como anormal.

Tomando como punto de referencia finales de enero, el cumplimiento de los 20 meses en los que coinciden todas las ofertas formalizadas concluiría a inicios de septiembre de 2021. Esta cábala, en cualquier caso, solo es factible siempre que el desarrollo de la fase de infraestructura en la que están centradas las empresas adjudicatarias de los dos tramos en desarrollo, Acciona y Sando, permita activar la etapa de instalaciones y arquitectura de manera inmediata. De lo contrario, habría que sumar otros meses a este calendario.

Si oficialmente se elude poner fecha de fin, más allá de admitirse la imposibilidad de cumplir con lo que acordado con la concesionaria del Metro, que situaba la puesta en servicio de estos tramos en noviembre de 2020, tampoco se aclara el momento exacto en que se encuentran los trabajos de construcción de los túneles en los tajos Renfe-Guadalmedina y Guadalmedina-Atarazanas.

La última aportación sobre estas actuaciones fue anunciada semanas atrás por la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, al informar de la terminación de la excavación del segundo nivel del paso soterrado entre el puente de Tetuán y la estación Atarazanas. Lo que no se precisó en ese momento es el plazo que resta para que esté totalmente ejecutada la fase de infraestructura en este punto.

Más difuso es el detalle de las operaciones en la parte del recorrido que se ejecuta en la Avenida de Andalucía, claramente afectado por la labor arqueológica que se viene desarrollando desde el pasado mes de marzo. La envergadura de los restos encontrados, mucho mayor de la inicialmente prevista, marca de manera clara el devenir de la obra en esta parte.

De hecho, es inviable que se cumplan los plazos inicialmente comprometidos por las empresas constructoras para culminar la fase de infraestructura (incluye ejecución del túnel entre Renfe y el puente de Tetuán, construcción de la estación Guadalmedina y reurbanización en superficie). Cabe recordar que la oferta de Acciona y Sando incluía un plazo de 19,5 meses para acometer esta etapa de la obra, que dejó paralizada Grupo Ortiz. El contrato quedó formalizado el 24 de julio de 2018, con lo que su vencimiento se producirá a mediados de marzo del año que viene. Es decir, a poco menos de tres meses vista.

Ante esta situación, como ya viene ocurriendo de manera reiterada con el tramo de la Alameda, la Consejería de Fomento se verá obligada a tramitar una prórroga del contrato, ya se verá si incluyendo un incremento o no del coste de las operaciones. En el caso concreto de la infraestructura en el Guadalmedina-Atarazanas, la Administración va a tener que tramitar otra prórroga después de que la última estimase la terminación de la actuación para el pasado 4 de diciembre, sin que ello haya tenido lugar.

Será la cuarta ampliación del plazo desde que se formalizase el contrato con Acciona y Sando el 23 de marzo de 2015. El plazo original previsto era de 28 meses. Es decir, tendría que la fase de infraestructura, montaje de vía y urbanización tendría que haber quedado concluido en julio de 2017. Desde ese momento, el retraso acumulado, que será creciendo, es ya de unos 29 meses.

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