El calendario de culminación de los trabajos del Metro de Málaga en la Alameda Principal sigue en constante agitación. Apenas unos meses después de que la Consejería de Fomento firmase con las empresas adjudicatarias de este tramo, Acciona y Sando, la cuarta prórroga en los plazos de ejecución de la infraestructura y la superestructura del tramo, ve la luz la quinta, que sitúa el 30 de abril próximo el final de ambas fases. La nueva fecha difiere de la antes contemplada, el 19 de febrero.

Conforme a las nuevas previsiones del ente autonómico, en poco más de mes y medio las constructoras deberían haber acabado la excavación del túnel y el resto de elementos de la infraestructura, así como la instalación de la superestructura, necesaria para el paso futuro de los trenes. Esta nueva alteración gana en dimensión si se toman en cuenta los importantes retrasos que ya acumula esta pieza del ferrocarril urbano, de 295 metros.

Su desarrollo fue adjudicado a Acciona y Sando el 25 de febrero de 2015, aunque hubo que esperar al 23 de marzo siguiente para la formalización del contrato. El tiempo ofertado era de 28 meses, con lo que, objetivamente, tendría que haber quedado concluido a finales de 2017.

Por el contrario, cuando se van a cumplir cinco años desde el arranque formal de las actuaciones, no existe una previsión exacta de cuándo estas tareas estarán acabadas. Los trabajos siguen su marcha bajo tierra, después de que haya quedado completada la reurbanización del lateral norte (salvo la parte donde se localiza la rampa de acceso al túnel, en el cruce con Puerta del Mar).

El incumplimiento de los tiempos no es el único que se observa en esta pieza del suburbano. Ocurre otro tanto con la oferta económica. La propuesta seleccionada por la Agencia de Obra Pública de Andalucía situaba en 26,6 millones el coste de la obra civil (excavación del túnel, estación Atarazanas y la colocación de la superestructura de vía), quedando para otro contrato (en fase de evaluación de ofertas) las instalaciones y la arquitectura.

Una de las particularidades del concurso original fue la enorme baja económica que planteó el conjunto de las proposiciones. Sin embargo, en el transcurrir de este lustro se han sucedido tres proyectos complementarios que han incrementado el valor de las actuaciones en casi 12 millones de euros (IVA incluido).

A modo de conclusión, la factura que deja la obra del Metro en el centro se sitúa ya en casi 39 millones (añadiendo el incremento de coste de reurbanización al extenderse la peatonalización del lateral norte de la Alameda hasta la calle Larios). Si bien la última prórroga ahora firmada no suma coste alguno, la anterior, la cuarta, sí llevó aparejado un aumento económico de 536.016 euros (IVA incluido).

De las cinco alteraciones, sólo dos han tenido incidencia económica. A la cuarta se agrega la segunda, que supuso un añadido superior a los 2,1 millones. Pero a estas hay que añadir los complementarios derivados de la ejecución. El primero de ellos tuvo lugar a mediados de 2016 (poco más de un año después de la formalización del proyecto), con un incremento de 1.390.703 euros con los que sufragar los cambios en los servicios afectados en esta parte del recorrido.

El segundo data de octubre de 2017 y tiene como protagonista los trabajos arqueológicos ejecutados en esta parte de las obras. Es además el más cuantioso de todos los abordados, superando los 5,6 millones de euros. Con esta suma se costearon las medidas correctoras y de consolidación del muro perimetral del Fuerte de San Lorenzo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

El tercero y hasta la fecha último complementario en esta pieza tuvo como objeto la afección al embovedado de Calle Carretería en p.k. 0+137, con un valor de 2.252.052 euros (incluido el IVA). Finalmente fue la Junta la que asumió la financiación de la reposición de esta estructura, a pesar de que inicialmente se negó a ello por ser una nueva intervención.