“Málaga está de moda pero cuidado, tenemos que ser sostenibles”
Silvia Aráez | Productora y gerente de Fresco Film
Desde que tenía 20 años el cine ha sido el eje vertebrador de su vida
En Fresco Film ha trabajado para la octava temporada de ‘Juego de Tronos’, todo un proceso de aprendizaje

Aunque también le sedujo el periodismo, desde muy joven supo que lo suyo iba a ser la ficción cinematográfica. En Alemania trabajó durante una década como primera de dirección en decenas de telefilmes que la industria del país germano producía para ese público más mayor que no viajaba y quería ver mundo a través de la pequeña pantalla. En su regreso a su Málaga natal fundó la productora Lookout y en 2014 ingresó en Fresco Film, de la que ahora es gerente.
–¿Su vida es una película?
–Pues sí, lo único que he hecho en mi vida han sido películas. Estudié cine en Alemania porque cuando terminé COU en Málaga me fui a Inglaterra a pasar un año sabático pero me aburrí muchísimo. Londres era una ciudad complicada para vivir con poco dinero y acabé en Bremen, donde después de graduarme en el idioma cursé dos años de cine. Estoy en la industria desde que tenía 20 años.
–¿Qué es lo que más le atrajo de este mundo?
–Mi hermano estuvo un verano en el plató de Canal Sur. Cuando fui a verle dije que es lo que quería hacer y ahí me quedé. Me atrapó desde el primer momento, nunca tuve duda alguna de que me quería dedicar al campo audiovisual.
–¿Cómo fueron sus inicios?
–Hice los estudios en dual de producción audiovisual y durante este tiempo enganché con un director que ya fue como mi padre profesional, me quiso tener siempre a su lado en la parte creativa. Durante mis 10 años en Alemania fui primera de dirección. Allí hice todas esas películas que ponen los sábados por la tarde para dormirse, hicimos tv movies como churros. En 2003 volví a España.
–¿Cuando regresó creó su propia productora?
–Sí, creé mi empresa, Lookout, para seguir produciendo aquí telefilmes alemanes. Pero a raíz de un problema personal importante tuve que parar tres años y me reenganchó mi hermano Tate Aráez, que es localizador, a Fresco Film. Eso fue en 2014 y ya se estaba cuajando la primera temporada que se rodó en España de Juego de Tronos.
–¿Cómo le llega a Fresco Film un pelotazo como Juego de Tronos?
–Pues gracias a una visión muy clara por parte de Peter Walter. Yo entro para cubrir todo aquello que él ya no podía atender, porque supuso un antes y un después donde todos hemos crecido mucho, sin duda.
–¿Y qué supuso en el día a día?
–Pues, además de trabajo, supuso por una parte ilusión y por otra vértigo. Fue un impulso, no tenerle miedo a nada. Técnicamente es igual que hacer un largometraje, aunque esto se convirtió en un monstruo de mil cabezas que tienes que gestionar. Todo empieza por un guión que hay que desglosar, presupuestar, es lo mismo, solo que mucho más grande y con las estructuras americanas que requieren más personal. Ha sido un aprendizaje, no le puedes poner otro nombre. Desde el no tenerle miedo a nada, ser respetuoso con el producto que estás tocando y decir a todo que sí. Lo dicho, un aprendizaje.

–¿Cómo fue la octava temporada?
–Un dulce, ya venían a casa a trabajar, ya éramos amigos. Lo que pasa es que la localización era extremadamente complicada, Itálica. Eso sí, el paso por Itálica dejó una huella importante que fue la restauración de un opus sectile, un mosaico de trazo grande que se restauró para dejar allí la huella del dragón y lo hicieron Juego de Tronos y Fresco Film, lo cual me enorgullece mucho, estuve muy pendiente de que se terminara. Ahora está ahí para que todo el mundo pueda verlo.
–¿Llega trabajo como consecuencia de Juego de Tronos?
–Claro que llega, pero lo hace porque lo hicimos bien la primera vez, de no ser así no llega. El trabajo no viene de una forma automática, llega porque nos distinguimos muy mucho porque, además de la parte técnica, acogemos al cliente para que se sienta como en casa. Creamos un ambiente familiar a la vez que intentamos rozar la excelencia dentro de las posibilidades que el presupuesto permite.
–¿Qué se necesita para estar entre los elegidos, para que grandes nombres de la industria del cine se fijen en su productora para venir a rodar aquí?
–Pues la fórmula maestra está formada por tres patas. Una, las propias localizaciones que brinda España entera, que son amplias y diversas, por otro lado la profesionalidad con la que se toca el producto, porque si no se toca con profesionalidad no vienen más y un eje fundamental y básico son los incentivos fiscales.
–¿Funcionan estos incentivos fiscales?
–Sí, a partir de 2015 están funcionando muy bien, al menos nosotros tenemos muy buenas experiencias.
–¿También hace falta creatividad, dar una vuelta de tuerca...?
–En definitiva se trata de no tener miedo. No hay que tener miedo a nada, hay que tener respeto, no miedo. El respeto es fundamental para todo, para el producto que tocas, para cómo lo haces, para el lugar donde estás, respetar las normas del juego.
–¿Se trabaja bien en España?
–Aquí tenemos grandísimos profesionales lo que pasa es que necesitamos más, sin duda. Hay que crear industria, formar a sangre nueva. Lo que echo mucho de menos y sería fundamental es que entre todos los agentes de esta sociedad se pusieran de acuerdo para tener un convenio audiovisual que ponga las reglas, que nos permita trabajar con sentido común, que entienda a la industria y lo que necesita.

–¿Qué le ocurre al sistema actual?
–Pues que tenemos un convenio audiovisual completamente obsoleto, cuando no existían plataformas digitales, ni el tipo de productos que existen ahora, antes era cine o televisión y ahora hacemos series con presupuestos gigantescos que exigen otro tipo de actuaciones que tienen que ser regularizadas por un convenio.
–¿Podríamos convertirnos en el Hollywood del cine europeo?
–Eso es ambicioso, pero sí, por qué no, vamos a lucharlo, es cuestión de tiempo. Y ya tenemos el clima y las horas de sol, algo básico que no nos pueden quitar, es el ADN de esta tierra. Pero para que esto sea un Hollywood primero tendríamos que creérnoslo. Y luego, reitero, un marco legal lo más amplio posible dentro de un convenio audiovisual. Necesitamos reglas, cuando tengamos reglas es mucho más fácil trabajar porque el cliente está más seguro. Las administraciones ya nos ayudan mucho, son fundamentales y sí están, pero cuanto más, mejor. Otro concepto importante es la visibilidad del sector.
–¿Y cree que falta esa visibilidad?
–Pongo un ejemplo claro. Los Premios Goya es lo que mayor visibilidad internacional da a nuestra industria, la próxima edición será en Málaga y Fresco Film y las empresas que nos dedicamos al service no estamos en ningún sitio. Nosotros que durante todo el año estamos trayendo proyectos y capital aquí y, sin embargo, no hay vínculo con nosotros. La industria entera va a venir a Málaga y nosotros, que somos los que mayor industria traemos a Málaga, estamos totalmente desconectados. Industria somos todos y tendríamos que ir juntos para tener mayor visibilidad.
–¿Cómo cree que va a estar la gala de los Goya en Málaga?
–Seguro que va a estar bien.
–¿Málaga está de moda?
–Málaga está de moda, sin duda alguna, pero cuidado, tenemos que ser sostenibles porque si no esto se desnaturaliza rápidamente. La gente tiene un cuchitril y lo alquila por 500 euros con una cama, vamos a morir de éxito. Una cama no cuesta 500 euros. Tendría que estar regularizado.
–Se ha hecho mucha inversión en el terreno cultural, ¿cuál cree que sería el paso siguiente?
–Pues tener cuidado con temas tan delicados como el mercado de la vivienda turística. El éxito que tiene Málaga por su inversión cultural me parece muy acertado y hay que continuar en esa línea, pero con cuidado que esto rápidamente explota.
–¿Considera que la serie Malaka le ha podido hacer algún daño a la imagen de la ciudad?
–No, para nada. La ficción es ficción y pensar que puede dar una imagen negativa del lugar es quedarse con una visión muy chica. Si Malaka Malakaquiere presentar una Málaga sucia y de bajos fondos porque el guión así lo exige está en todo su derecho. Málaga es variopinta y tiene todas las esquinas. La ficción es una fantasía y una vez será enfocada de una manera y otras de otra, ahí está la libertad de expresión. La Palmilla existe y ahí está.
–¿En qué está metida ahora?
–Tenemos cinco producciones internacionales en marcha. Una la estamos haciendo en Madrid, es una primera temporada de una serie antropológica para unos grandes estudios americanos, de seis capítulos. Hemos rodado en Málaga La Monja Guerrera. En Ronda estamos rodando Un verano en Andalucía, una producción alemana. El día 5 de noviembre comenzamos a rodar en Barcelona otra serie que se llama Un crimen en Barcelona, también alemana.
–¿Hay problemas para rodar ahora en Barcelona?
–Bueno, hay mucha tristeza, los compañeros están muy afectados. Y luego es complicado con las localizaciones, programar ahora un rodaje en mitad de la plaza de Cataluña no les viene muy bien. No están ahora para películas. Por fortuna el guión lleva mucha periferia y no creemos que nos afecte mucho.
–¿España que puede dar al cine?
–Aquí hay de todo, historia, estepa, bosque, ciudad medieval, ciudad moderna, mar, desierto y luego la idiosincrasia y el tejido industrial nuestro. Tenemos algunos de los mejores técnicos. Tenemos pocos porque hace diez años hubo un deterioro del tejido industrial bestial, la gente tenía que seguir y se fue a otros sectores. Ahora estamos intentando subirlo, hay mucha gente que ha vuelto y estamos tirando de las nuevas camadas que están surgiendo. Eso sí, hay que estar hecho de una determinada pasta y no todo el mundo puede ser director de cine. En la producción hay mucha creatividad, pero hay que empezar poniendo café.
Una familia entera dedicada al sector audiovisual
Son cuatro hermanos y todos ellos se dedican al mundo del cine y la producción audiovisual. Ellos en el terreno de la localización y Silvia en el de la producción. “Hay mucha creatividad en esto de ponerle los números a un guión”, asegura. Hacer que todo cuadre no es fácil pero se consigue con un trabajo serio y riguroso sin perder nunca de vista esa familiaridad que hace que el cliente esté a gusto y se sienta como en casa. Después de casi 30 años dedicada a esto, Silvia Aráez continúa muy pendiente de cada una de las producciones que lleva entre manos, desde hace un año como gerente de Fresco Film. Esta semana, sin ir más lejos, una granizada la llevó hasta Ronda porque afectó al rodaje de la película alemana Un verano en Andalucía y pocos días después emprendía viaje a Madrid. Convertida en mano derecha de Peter Walter, lleva la gerencia de la empresa para “darle un poco de oxígeno a Peter, que está haciendo toda la campaña de la parte de Hollywood”. Spider Man Far From Home, Terminator Dark Fate, la serie Snacth y The Spanish Princess son algunos de los últimos trabajos de la productora.
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