Entre la modernidad y la tradición

LA PILASTRA

Junto a uno de los monumentos rondeñas más conocidos, el famoso Tajo, se encuentra el restaurante La Pilastra, ubicado en los bajos del Convento de Santo Domingo y sobre las cornisas de este corte vertical de más de 90 metros de profundidad y por el que discurre el río Guadalevín, con unas espectaculares vistas.

Sorprende de entrada el blanco elegido para su mobiliario, así como los salones interiores que conservan buena parte del encanto de haber formado parte de un antiguo convento, y es que la bóveda que fuese su bodega, donde almacenan diferentes viandas y las tinajas de aceite, son un atractivo lugar donde degustar los platos de cocina tradicional elaborada que salen de sus fogones.

Al frente de la cocina se encuentra un experimentado cocinero madrileño, José Carbonel, que ha trabajado a las órdenes de maestros como Cristóbal Angulo, Blas Pérez o Rafael Maza Calleja, y que ha querido adaptar sus creaciones a los platos tradicionales de Ronda y Andalucía, aunque con un punto de modernidad que los hacen diferentes especialmente por su atractivo a la vista. Y es que los responsables de este restaurante consideran fundamental un buen servicio y atención sus clientes, con un cocina bien elaborada y con una muy buena presentación.

Entre su amplia oferta gastronómica encontramos el rabo de toro deshuesado envuelto en crujiente de hojaldre y espuma de patata, que conserva la esencia de uno de los platos más populares de la ciudad, con el atractivo de una presentación diferente a la habitual.

En su carta tampoco falta la pierna de cordero o el solomillo al Pedro Ximénez, al tiempo que se puede tomar platos mucho más atrevidos, como el pulpo en costra de alioli al ajo frito, el magret de pato o la espuma de patata con foie al aire de mora, una tapa esta última, que ha sido una de las últimas creaciones de su chef y que ha tenido su prueba de lanzamiento a los clientes en la Ciudad del Tajo.

El restaurante también ha querido ofrecer a sus clientes una opción mucho más económica que la comida a la carta, siendo posible degustar un menú en semejante emplazamiento por un precio de 12 euros, con la posibilidad de elegir entre varios primeros y segundos platos, todos ellos elaborados del mismo modo que los que integran su carta diaria.

De igual modo, el visitante encuentra una gran flexibilidad para poder comer, y es que este restaurante se ha adaptado especialmente a los visitantes, con un horario de apertura entre las once y las siete de la tarde de forma ininterrumpida, siendo necesario el realizar reserva para poder comer en el mismo durante la noche.

Finalmente, y tras la comida, el restaurante ofrece la posibilidad de tomar una amplia gama de licores, para lo que cuenta con una carta especial.