Málaga CF

Las quejas por el VAR, una tónica ya habitual

  • En las últimas tres jornadas, el equipo se considera afectado por el mal uso de la tecnología

Víctor Sánchez del Amo trata con un asistente arbitral en La Rosaleda.

Víctor Sánchez del Amo trata con un asistente arbitral en La Rosaleda. / Marilú Báez

El VAR ha pasado en las últimas jornadas a ser trending topic en la jerga malaguista y en las salas de prensa a las que acude Víctor Sánchez del Amo tras estos últimos partidos. Las dos salidas por tierras aragonesas y este último encuentro ante el Cádiz en La Rosaleda han despertado cierto malestar entre el cuerpo técnico y los jugadores blanquiazules por cómo se está usando el vídeoarbitraje para con el Málaga, como se viene mostrando en sus últimas intervenciones.

En La Romareda, con el 1-1 en el marcador, el VAR no revisó una falta pitada a Antoñín previa al gol que anotaba Renato Santos para el 1-2, el cual no subiría en el marcador. El canterano estaba en el suelo cuano choca con Delmás y éste cae. Falta. Adrián no dabe crédito preguntándole al colegiado: “¿qué falta? ¿Qué falta?”. “Nos dice que pita falta de Antoñín... está en el suelo y es imposible que la haga”, decía poco después Lombán. Nadie lo entendía, aunque Víctor fue benévolo: “Todo lo que ayude a que haya menos errores humanos va por el bien de la competición”.

No estuvo tan comedido Víctor pocos días después. Su equipo firmó un mal partido en El Alcoraz ante el Huesca pero tuvo acciones asiladas en las que se sintió maltratado, como en una pena máxima no pitada a Boulahroud de Pulido ni un manotazo a Cifu tras pitar un penalti –éste sí– que pararía Munir. “En la la primera parte ha habido una circunstancia con 1-0 en contra que no entendemos. No fue revisado el penalti a Boulahroud, que es clarísimo. Podía haber sido una situación que nos hubiera metido en el partido. No entiendo que el arbitro no haya ido a verla en la pantalla”, lanzaba el madrileño tras el partido. Las palabras de Luis, por el mismo hilo, partían más desde la rabia y se mordía la lengua aquel día: “No voy a comentar nada del árbitro, las imágenes están ahí. El árbitro todos sabemos cómo es y no voy a comentar”.

Existió el mismo malestar ante el Cádiz. Han sido tres jornadas intensas, muy próximas entre ellas y en la que los resultados del equipo no han sido los esperados: solo un punto de nueve. Esto hace que el foco esté en los porqués y el VAR es uno de ellos para equipo y entrenador. El sábado en La Rosaleda, el 0-2 de Caye Quintana vino precedido de una mano clarísima en el área visitante cuando Cifu intentaba colarse en ella. Víctor explotaba: “Esto mismo nos pasó en Zaragoza porque nos pitaron una falta en una acción de Antoñín desde el suelo. Luego en Huesca, con una acción de Boulahroud idéntica al criterio de Zaragoza, no se tomó la decisión de revisar y no se pitó penalti. No entiendo por qué no se revisan nuestras acciones, pero es lo que hay”.

Queda tocado el equipo tras estas últimas semanas, con la moral en cuotas muy bajas tras diez jornadas consecutivas sin vencer, sin el sabor del triunfo y con una montaña que comienza a ser alta. El VAR parece otro escollo más en el camino de los blanquiazules.

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