Resultado y crónica del Málaga CF - SD Huesca

Rutina en la distopía (1-3)

  • Calamitoso arbitraje de Moreno Aragón, con dos penaltis discutibles y una roja injusta a Lombán

  • El Málaga, muy flojo y carente de tensión, apenas contó con el ímpetu de Tete Morente

Keidi Bare, mientras los jugadores del Huesca celebran el 0-1.

Keidi Bare, mientras los jugadores del Huesca celebran el 0-1. / Javier Albiñana

Era un día para hablar de esta distopía que trae un fútbol nuevo porque el mundo también lo es, para acostumbrar los ojos al sol después de tanta penumbra, para ver qué es el balompié sin la carga añadida que es ejecutar una función ante miles de personas en ebullición. Era una oportunidad para distinguir con cierta nitidez la voz de los protagonistas, oír de refilón cual infiltrado lo que el fútbol se dice a sí mismo. Y al final lo que quedó fue un show deslucido, con unos aplausos enlatados que parecían la lluvia golpeando una uralita, con la rutina tediosa de ver que los árbitros siguen siendo un desastre incluso cuando nadie les atosiga y la tecnología les ampara.

Todavía se estaba acostumbrando el oído a los nuevos silencios y a un fútbol que ahora se deja escuchar en primera persona cuando el Málaga se llevó el primer zarpazo. El contexto era inédito pero lo demás olía en exceso a viejos vicios. Todos blanditos en general y sin la tensión mínima exigible, sobre todo Cifu, que volvía a la titularidad, rompió el fuera de juego y perdió la marca.

El desconcierto era lógico y esperado, pero no por ello duele menos. Está claro que este fútbol descafeinado sin público afecta notablemente a los jugadores, como fue el caso de la expulsión –merecida– de Juan Carlos, pero también a los arbitrajes. Con todo el tiempo del mundo y sin presión ambiental alguna, Moreno Aragón se permitió señalar dos penaltis tras pasar por el VAR. Si el primero (sobre Tete) pareció un poco exagerado, el segundo (de Diego González) no tiene sentido sin necesitar destacar que estaba casi un minuto fuera de tiempo. Aunque exista una cierta torpeza por parte del jugador, el colegiado estaba encima de la acción. Usar el videoarbitraje para acciones así va contra a salud del fútbol.

El Málaga había retomado algo el vuelo tras el leñazo inicial, pero se fue más de una hora después del pitido inicial a la caseta con la cuesta otra vez demasiado empinada. Ahora ya no tiene mucho sentido decir que contaba con 45 minutos por delante, entre paradas obligadas, VARES y los diez cambios permitidos.A Pellicer no le tembló el pulso y sentó a Diego para dar entrada a Hicham y recolocar a Luis Muñoz en el centro de la zaga. El Málaga no tuvo mucho tiempo de poder disfrutar de su variante porque el colegiado se cargó el partido definitivamente tras expulsar por roja directa a Lombán por una acción en la que ni tocó a Rafa Mir. Si no está el VAR para estas cosas...

Entre cambios y ansiedades, el Málaga dejó de opositar a los puntos. Para colmo, Rafa Mir aprovechó una mala salida de Munir para sentenciar y recordar a los blanquiazules que su lugar es mirar para abajo.

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