Cultura

Carlos Núñez celebra 25 años del sueño cumplido en el Teatro Cervantes

  • El músico gallego festeja el cuarto de siglo de su primer álbum, ‘A irmandade das estrelas’ 

  • Este sábado llega con su gira al Teatro Cervantes

Carlos Núñez en una imagen promocional.

Carlos Núñez en una imagen promocional.

El niño de Vigo que comenzó tocando la flauta para enamorarse a continuación de la gaita nunca hubiera pensado que su primer disco, A irmandade das estrelas, se convertiría en un hito de la música tradicional dentro y fuera de España. Mucho menos que rendiría a sus pies el Musikverein de Viena, el Royal Albert Hall de Londres y el Carnegie Hall de Nueva York.

“Era algo marciano”, confiesa. 25 años después, una docena de discos más tarde con colaboraciones de artistas de todo tipo y un millón de copias vendidas, Carlos Núñez le rinde homenaje a ese comienzo con la revisión del álbum. La gira navideña que inició el pasado 2 de diciembre en Córdoba, recala este sábado en el Teatro Cervantes de Málaga.

“Empecé a tocar la flauta en el colegio y mi paso natural fue la gaita, por mi herencia gallega, pero enseguida llegaron los 80’s y había que ser moderno, en la movida había que esconder la tradición, escapar de ella, era el momento de abrir España después de tantos años y no era fácil ser un músico que tocara la gaita e hiciese música celta, parecía un sueño imposible”, recuerda Núñez.

“Pero de pronto, mis maestros The Chieftains tuvieron acceso a todas las grandes estrellas de la música. En los 90 la música celta se puso de moda y yo comencé a girar con ellos desde muy joven. Un día tocábamos con The Who, otro coincidíamos con Bob Dylan y otro grabábamos con Sinéad O’Connor o con los Rolling Stones”, explica el músico. Y sostiene que “todos aquellos rockeros americanos e ingleses hablaban con un cariño y un respeto a la música tradicional que me sorprendió muchísimo, porque no era lo que había vivido en España”.

"En la movida había que esconder la tradición, escapar de ella, y no era fácil ser un músico que tocara la gaita e hiciese música celta"

En aquel momento pensó que quería lo mismo para “nuestra música, que la gente de otros estilos aportase su visión a la música tradicional”. Fue el tiempo de A irmandade das estrelas. En el disco invitó a Luz Casal, la juntó con el guitarrista Ry Cooder, con Dulce Pontes, con The Chieftains y “fue una verdadera explosión que, probablemente, marcó un antes y un después”. Pero para Núñez lo más fascinante es que “hoy veo como toda una nueva generación de artistas de todo tipo de estilos están siguiendo esa estela, mi sueño se está convirtiendo en realidad, gente de todo tipo de estilos se están inspirando en la tradición”.

En el nuevo disco que Sony Music acaba de publicar, el instrumentista se ha rodeado de músicos emergentes de todos los estilos para reivindicar la filosofía y el legado de su álbum debut. Artistas consolidados como Rozalén, Andrés Suárez, los colaboradores gallegos de C.Tangana con los que han unido la muñeira y el trap, Iván Ferreiro y Glen Hansard participan en este proyecto grabado en un mes.

“Aquello que yo viví en Estados Unidos, ese cariño y respeto hacia el pasado que mostraban rockeros y cantautores es el que veo ahora, hay toda una nueva era de artistas que creo que van a dar las mejores músicas jamás escuchadas en nuestro país”, sostiene Núñez. “Rozalén, Vetusta Morla, C. Tangana, Rosalía reivindican las músicas tradicionales, está pasando ahora mismo, es una maravilla”, agrega. Y cuantas más perspectivas se aporten, más rico será el resultado.

“La música de raíz tiene todo una maestría, una sabiduría y un conocimiento detrás, son músicas que llevan miles de años en activo, y a mi me lleva toda una vida el ir aprendiendo y sigo descubriendo cosas y sorprendiéndome, que es lo más maravilloso”.

"Mis maestros gaiteros me educaron como un samurái, como si fuésemos guardianes de una tradición que no podía desaparecer"

A Carlos Núñez le apoyó la crítica y el público, pero asegura que “fue necesario salir fuera y hacer ese viaje iniciático por América para que España despertase y pude tener mi primer contrato discográfico con BMG, que actualmente es Sony. “Esa es la razón por la que José María Barbat me ha invitado a hacer este nuevo disco, el vivió conmigo todo este sueño, lo difícil que era llevar estas músicas a todos los públicos y todos los artistas, había muchos complejos e inseguridades”, apunta.

Para Núñez el flamenco tuvo una visión de arte mayor y sobrevivió bien a la movida de los 80, pero otros géneros no tuvieron tanta suerte. Ahora que se está regresando a ellos, no supone más “que buenas noticias”. Por eso no hay nada mejor que celebrar ese camino, que también ha sido duro.

“Cuando tienes contigo una bandera como es la gaita, la música celta, las flautas, y desde niño ibas a contracorriente, había que ser muy fuerte para llevar adelante esa misión”, comenta el instrumentista. “Los maestros gaiteros que me enseñaron de pequeño me transmitieron esa fortaleza, fui educado como una especie de samurái, como si fuésemos los guardianes de la tradición, esto no podía desaparecer”, añade.

Lo más importante de la música, subraya, “no es pensarla como un negocio, sino saber cuál es tu misión, luego la vida te puede dar esos premios que más o menos funcione, pero tiene que haber esa pasión, sentir que tienes una misión por delante”.

"Lo más importante de la música no es pensarla como un negocio sino saber cuál es tu misión con ella"

Y Núñez siempre ha sentido la necesidad de indagar en la raíz y explorar terrenos que lleguen también a los más jóvenes. “Estamos en un momento en el que hay una gran ruptura entre la gente adulta y la gente más joven a través de los medios digitales y es muy importante que los más jóvenes no sólo se empapen de los productos que llegan desde Miami”, estima. “Todos tenemos que hacer el esfuerzo por fomentar esa transmisión generacional, que no se pierda nuestra esencia, nuestra cultura y sustancia”, indica.

La andadura continúa y de las últimas sorpresas halladas en ese recorrido son las casi doscientas composiciones de los últimos 15 años de vida de Beethoven, “cuando se enamoró de las músicas tradicionales y de la música celta, también española e hizo una mezcla de las música atlántica con la clásica”. “Son temas prácticamente desconocidos, un regalo que nos ha dejado para el futuro y somos nosotros ahora los que tenemos que ponerlo en valor”, señala.

Aún no han grabado estos temas pero en el concierto de Málaga habrá un anticipo. “Va a ser una celebración de muchas cosas”, asegura, acompañado de grandes virtuosos. La siguiente parada será en su Galicia natal para terminar el año en Barcelona.

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