Año de golpes

Y así estaremos todo el año. De anuncio en anuncio. Manejando la agenda a tope

El alcalde ha dado un golpe de efecto. Ha decido por fin, tras mil años resistiéndose, que quiere municipalizar Limasa. No voy a intentar descifrar sus razones, porque cuando lo consiguiera ya habríamos muerto todos. Y porque al final la única razón muy probablemente sería simplemente eso, dar un golpe de efecto. Dejarnos en shock. Conseguir que todos hablemos de él. Ser el centro. Manejar la agenda, y todas esas cosas tan chulas que dicen en las series de política de moda. Y pasado mañana dirá que sí, que municipaliza Limasa, pero si se soterra a su paso por el Perchel, y que la financiación tendrá que correr a cargo de los patronos del Picasso, por la dejadez de Susana Díaz y el centralismo desleal de la Feria del Centro, dependiente de la Junta, tal y como prometió a Ciudadanos. Todo ello sujeto, claro, a que el metro a Gibralfaro apruebe en los Baños del Carmen la rehabilitación de Bendodo, con quien le une una hermosa amistad, por supuesto, o por su puesto. Contando, eso sí, que Pomares gane el concurso del eje Málaga-Kurdistán para alojamientos turísticos, que tanto ha obstaculizado el Colegio de Arquitectos, donde, por cierto, se planeará un gran complejo gastronómico, si es que Banderas les concede la licencia, a pesar de que el proyecto lleve una torre de apenas ochocientos metros, elevada sobre los expedientes insepultos del estudio de Seguí, y avalada por un reputado ginecólogo pakistaní.

Y así estaremos todo el año. De anuncio en anuncio. Manejando la agenda a tope, ocupando las portadas, en boca de todos. Y la oposición tratará de responderle con la normativa de construcción sobre expedientes de arquitectos de referencia. Y cuando lo haga, el alcalde anunciará que manda a Banderas a promocionar Málaga en Júpiter y Saturno, donde abrirán la primera delegación estelar del Museo del Prado, chúpate esa Barcelona. Y cuando los periodistas desentrañen la normativa de delegaciones estelares del Museo del Prado, anunciará que será el primer alcalde de Málaga en dar a luz en el cargo, con o sin el consentimiento del pleno. Y cuando el pleno le de su consentimiento, anunciará su último gran golpe de efecto, el definitivo, el que nos dejará a todos boquiabiertos: que finalmente no se presenta, salvo que se lo pida la Santísima Trinidad. Pero, no teman, que seguro que se lo pedirá.

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