Todos son elogios al discurso de Casado. No sólo ha sido el mejor que ha pronunciado como líder del PP, sino el primero en el que ha estado a la altura de su alta responsabilidad. Probablemente lo más destacado fuese el esperado anuncio de que: "Votaremos no porque decimos no a la ruptura que usted busca, no a la polarización que usted necesita". Aunque haya en esa firmeza algo de autoenmienda ya que su estrategia hasta ahora ha sido complementaria e indistinguible de la de Vox. Está por ver si se trata de un movimiento táctico, para salir airoso de la trampa que le había tendido Abascal, o si realmente el PP ha decidido estratégicamente distanciarse de Vox y recuperar la condición de partido central del sistema. Un PP que pueda criticar al ejecutivo de Sánchez con toda la dureza que considere necesaria -y que sus electores le demandan-y mostrar a la vez su disposición a alcanzar acuerdos necesarios sobre asuntos básicos.

Aunque no basta con aparentar tal voluntad. Negarse a pactar la renovación del CJPJ con la excusa de que Podemos está en el gobierno, es un argumento tramposo: poner como condición, para llevar a cabo la necesaria renovación de un importante órgano Constitucional, que Sánchez rompa su coalición con UP es una exigencia desproporcionada e inasumible. Además de impropia de quien dijo a Abascal que: "El camino de ceniza y ruina por el que pretende medrar sólo nos conduce a un país de bandos y rencores". Ese camino que han andado hasta ahora juntos Vox y PP. La cuestión es si, por ejemplo, será capaz el nuevo Casado de acordar con el gobierno (y el gobierno con el nuevo Casado) las medidas para proteger lo mejor posible a la población de la expansión del virus en esta segunda oleada de la pandemia, cuyo impacto sobre la salud, la economía y la sociedad deberían estar por encima de cualquier consideración partidista. De ser así, es posible que entre todos logremos recuperar la sensatez.

Estamos tan necesitados de cambiar este clima irrespirable, que probablemente hayamos querido ver en el discurso de Casado más significados de los que sus palabras, y sobre todo sus intenciones, contenían. Lo más probable es que Vox no rompa sus alianzas regionales con PP y C's, perder su condición de partido necesario, o facilitar la caída de esos gobiernos, sería pegarse un tiro en el pie. De cualquier forma, espero que el discurso de Casado sea algo más que una buena pieza de retórica parlamentaria.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios