El laboratorio andaluz

El resultado fijará una imagen de vencedor y perdedor que puede tener efecto arrastre para futuros comicios

En todos los manuales sobre pactos políticos, suponiendo que existieran, habría siempre un último capítulo que explicaría cuándo y cómo romper el acuerdo firmado. Es evidente que los coyunturales socios nunca quieren concurrir en armonía a las siguientes elecciones. Esto es lo que, quizás un poco tarde, se ha aplicado en Andalucía. Así pues no hay ni sorpresa ni improvisación en el mini-adelanto electoral. Estaba previsto hace tiempo.

Esto sitúa a Andalucía como conejo de indias con el que se va a querer experimentar los efectos que las turbulencias políticas ocurridas en los dos últimos años puedan tener en el electorado. Así es como esta comunidad se convierte en el laboratorio electoral de España.

Pero para no llevarse a engaño es necesario tener en cuenta que esta región es un universo electoral peculiar y que no siempre refleja el sentido del voto del resto de España. Para empezar la inclinación al apoyo socialista es una constante histórica y a la hora de extrapolar prioridades habrá que saber que desde las primeras elecciones democráticas, sean del nivel que sean y se presente quien se presente, el PSOE goza de un apoyo de más de 10 puntos sobre la media nacional.

La formación morada también tiene en Andalucía su peculiaridad que le lleva a tener una imagen más extrema y díscola que en el resto de España y con un electorado más radical y exigente.

Por lo demás las elecciones andaluzas es el primer escenario donde las dos partidos de la derecha española medirán fuerzas, por lo que se avecina un intenso fuego cruzado entre ambas formaciones. Sin duda el resultado andaluz fijará una imagen de vencedor y perdedor que, en este caso sí, puede tener efecto arrastre para futuros comicios nacionales.

Pero la gran interrogante estará no tanto en el resultado, más allá de la pugna PP-Cs, sino en los pactos postelectorales y aquí cualquier apuesta es arriesgada. No parece claro que Cs, enfrascado en su batalla por un electorado más a la derecha, se preste esta vez a ser el apoyo del socialismo andaluz, al que nadie le discute la victoria, y tal como están las cosas un entente Podemos-PSOE, con las actuales protagonista más parece sueño que una realidad. Aunque como se sabe, en política nada es imposible.

Podíamos pensar que estos comicios abren la posibilidad de un interesante debate, pero visto el inicio de la precampaña del PP andaluz en un acto a las puertas de un puticlub no cabe albergar muchas esperanzas sobre nivel del mismo.

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