Entra bambalinas

La cruz de este mayo

  • El reencuentro debe ser prudente y progresivo tras la finalización del estado de alarma

Cruz de mayo solidaria de la hermandad de la Mediadora.

Cruz de mayo solidaria de la hermandad de la Mediadora. / Hermandad de la Mediadora (Málaga)

El olor inconfundible de las flores en el mes de mayo y los primeros días calurosos nos advierten de la llegada, cada vez más próxima, de la época estival. La finalización del estado de alarma que vivimos desde el pasado fin de semana no debe confundirse con la libertad absoluta y la locura desatada. La prudencia y el cuidado deben seguir imperando para poder acabar, entre todos, con esta pandemia. Es la cruz que nos toca vivir y contemplar este mes de mayo.

Pero hay muchas formas de plantarse delante de esa cruz. La resignación no es una opción para las cofradías letíficas que celebran con gozo estos días gloriosos. La cruz de este mayo fue no poder ver a la Divina Pastora de las Almas recorrer la mágica calle Tizo bajo una lluvia incesante de pétalos que caen apresurados sobre su trono en la procesión de alabanza. Pero las marchas endulzaron unos momentos difíciles, y la banda de música Maestro Eloy García de la archicofradía de la Expiración interpretó unos sones dedicados a la sagrada titular mariana en un año, a pesar de las circunstancias ya conocidas por todos, muy especial e ilusionante por el camino preparatorio a su coronación canónica.

Porque los hermanos congregantes de la Divina Pastora prefieren contemplar la cruz de este mayo con los ojos brillosos debido a esa emoción e ilusión por lo que ha de llegar. Es momento de seguir trabajando y dar esos pequeños pasos que tanto engrandecen a una corporación. Capuchinos estuvo cerca de su Virgen en unos días en los que el tránsito por el interior del templo de la Divina Pastora y Santa Teresa se hacía complicado. Y la Virgen miró a su plaza.

La cruz de este mayo para tantos corazones salesianos será tener que imaginar cómo María Auxiliadora pasea triunfal por la calle Eduardo Domínguez Ávila mientras el sol ilumina su delicado halo. Una humilde asociación que recoge los frutos de su labor tan callada y necesaria. Este año, la Virgen María aguarda gloriosa coronando su Santuario Inspectorial, y ya recibe, durante la solemne y devota novena, a todos los vecinos y devotos que encuentran ese sosiego en su dulce mirada.

Paradójicamente, la cruz de este mayo es no tener cruces de mayo y privarse de poder disfrutar de ese reencuentro con los hermanos, de esos gozosos momentos de convivencia, y de esos ya ansiados abrazos y muestras de afecto. Porque no está de más recordar que la verdadera cruz de todo esto, y no de mayo, es la que soportan todos los sanitarios que día a día luchan en primera línea de batalla con esta pandemia. Ellos viven en un permanente estado de alarma desde hace más de 12 meses y no bajan la guardia. Nosotros tampoco debemos hacerlo, por ellos, por los tuyos y por ti, cuídate.

Llegará, pero para que todo esto ocurra, la cruz de este mayo debe ser austera y sencilla, que no triste. Porque al fin y al cabo, la cruz se remata con flores coloridas y primaverales. Así debemos mostrarnos a los ojos de los demás, hay que seguir resistiendo, firmes y siendo conscientes de la situación que se vive en este momento. Ya muchos se preguntan sobre la que será la primera imagen que veremos procesionar por las calles de Málaga. No hay prisa, los sagrados titulares nunca nos abandonan, y es más, nos invitan a vivir sus cultos de forma distinta y de forma extraordinaria, un adjetivo que a tantos cofrades gusta.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios