Semana Santa

Lágrimas de sal en el Lunes Santo en Málaga

  • La espera para poder acceder al interior de las sedes canónicas parece que serán una constante durante toda la Semana Santa

  • Las colas para venerar al Cautivo y a la Trinidad fueron las más concurridas

  • El Lunes Santo en fotos

Nuestro Padre Jesús Cautivo.

Nuestro Padre Jesús Cautivo. / Marilú Báez

La emoción sigue desbordada en la Semana Santa de Málaga. Tras la explosión de sentimientos que provocó el Domingo de Ramos, el Lunes Santo se vivió con especial intensidad. De nuevo, la mayor afluencia de visitantes se concentró en las calles aledañas a las sedes de las corporaciones de la jornada, destacando la larga espera para acceder a la casa hermandad de la cofradía del Cautivo en la calle Trinidad.

Las corporaciones colmaron el día de actos y cultos que causaron un derroche de pasiones. Los hermanos que acudieron al encuentro de sus devociones derramaron lágrimas de sal por sus rostros. Y es que, tal y como describió la artista estadounidense Rose-Lynn Fisher, las lágrimas provocadas por la pena y la tristeza, analizadas al microscopio, presentan un aspecto parecido a la sal cristalizada, al igual que ocurre al llorar de alegría.

Jesús de la Pasión y la Virgen del Amor Doloroso presidieron el altar mayor de la iglesia de Santiago Apóstol sobre dos inmensas peanas de plata. El Nazareno lució una cruz con apliques igualmente plateados, y la Virgen brilló y sobrecogió a sus devotos, que al igual que la Imagen Mariana, entrelazaron sus manos para rezar y orar. La archicofradía de la Pasión acercó al máximo sus devociones a la ciudad de Málaga.

Los sagrados titulares de la archicofradía de Pasión en la iglesia de Santiago. Los sagrados titulares de la archicofradía de Pasión en la iglesia de Santiago.

Los sagrados titulares de la archicofradía de Pasión en la iglesia de Santiago. / José Miguel Ramírez (Málaga)

Por segundo día consecutivo, la iglesia de San Juan presentó largas colas para acceder al interior del templo. En este caso, Nuestro Padre Jesús de la Columna y María Santísima de la O, centraron la mayoría de las miradas. Málaga es capaz de rezar jaleando, cantando y bailando tras el Moreno y la Virgen de la O, pero también sabe hacerlo en silencio, con respeto y con la mirada baja. Esas personas de raza, y fuerte temperamento, quisieron retirar sus lágrimas saladas antes de que rozaran sus mascarillas en su visita a sus devociones.

Especialmente emotivo fue el Vía Crucis presidido por el Señor de los Gitanos recorriendo las naves de la iglesia de San Juan por la mañana. Posteriormente, ambos titulares lucieron en un elegante altar de culto presidido por la cruz guía de la corporación y exornado con flores blancas.

Los sagrados titulares de la cofradía de la Columna en la iglesia de San Juan. Los sagrados titulares de la cofradía de la Columna en la iglesia de San Juan.

Los sagrados titulares de la cofradía de la Columna en la iglesia de San Juan. / Marilú Báez (Málaga)

Actos de Estudiantes

Por la calle Alcazabilla pasaron cientos de personas para contemplar sobre sus tronos procesionales al Santo Cristo Coronado de Espinas y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza. Una bella estampa que, a la vez, producía sentimientos encontrados. Muchos devotos al ver a sus sagrados titulares entronizados sabiendo que no podrán procesionar un nuevo año fue muy complicado. Pero la Virgen lució hermosa bajo su nuevo palio, porque los sueños se hacen realidad, incluso en época de pandemia.

Miradas bajas de resignación y otras hacia el cielo queriéndose encontrar con el Coronado de Espinas y la Virgen de Gracia y Esperanza. Con el teatro romano como telón de fondo, la cofradía de los Estudiantes celebró su misa de estatutos en la mañana del Lunes Santo y un acto con el obispo de la diócesis, Jesús Catalá.

El Santo Cristo Coronado de Espinas y la Virgen de Gracia y Esperanza sobre sus tronos procesionales. El Santo Cristo Coronado de Espinas y la Virgen de Gracia y Esperanza sobre sus tronos procesionales.

El Santo Cristo Coronado de Espinas y la Virgen de Gracia y Esperanza sobre sus tronos procesionales. / Marilú Báez (Málaga)

Los corazones latieron con fuerza en el día en el que todos estos hermanos debían revestirse con sus túnicas de terciopelo burdeos y verdes. La música sacra del coro de la Universidad de Málaga puso sones a unas ceremonias solemnes pero sentidas. Cuántas veces habrán escuchado los asistentes el 'Gaudeamus Igitur', pero delante de las sagradas imágenes siempre es especial.

Fue entonces cuando apareció ese nudo en la garganta y ese pellizco indescriptible. “Aunque no tengamos estación de penitencia, estamos acurrucados por nuestros titulares en la casa hermandad. Es un día muy especial para todos”, apuntó fray Justo Díaz Villarreal, rector de la iglesia de San Agustín.

Cofradía de los Dolores del Puente

Si por algo se caracterizan los cofrades es por recordar anécdotas y recuerdos pasados constantemente. La parroquia de Santo Domingo de Guzmán ofreció una estampa de antaño, la Virgen de los Dolores se ubicó a la derecha del Cristo del Perdón en el altar mayor. El comentario fue unánime y todos se acordaron de aquellos Lunes Santos en los que ambas imágenes procesionaban juntas en un único trono.

Las colas también fueron importantes en la plaza y pasillo de Santo Domingo, provocadas por la veneración a estos titulares junto a los de las hermandades de la Sagrada Cena y Humillación, y la congregación de Mena, con quienes comparte sede canónica la señera cofradía de los Dolores del Puente.

Titulares de la cofradía de los Dolores del Puente en la parroquia de Santo Domingo. Titulares de la cofradía de los Dolores del Puente en la parroquia de Santo Domingo.

Titulares de la cofradía de los Dolores del Puente en la parroquia de Santo Domingo. / Marilú Báez (Málaga)

Y es que con la sencillez a veces basta. En la penumbra de la parroquia de El Buen Pastor sobresalieron el Cristo de la Crucifixión y su Madre del Mayor Dolor en su Soledad. En un delicado monte de corcho, simulando al calvario, se alzó el Crucificado en el centro del templo. La Virgen, ataviada de negro, no presentó corona y el tocado que enmarcaba su frente se abría en su pecho dejando ver el corazón traspasado por el puñal bordado en oro. Toda una delicia para los sentidos que favoreció la oración y el recogimiento.

Santísimo Cristo de la Crucifixión y la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad. Santísimo Cristo de la Crucifixión y la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad.

Santísimo Cristo de la Crucifixión y la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad. / José Miguel Ramírez (Málaga)

Cofradía del Cautivo

Y en la barrera de la Trinidad, se derramó la lágrima salada más pura. La lágrima de la vecina que no falta en su visita diaria al Cautivo, y que en el Lunes Santo de la emoción contenida, se vistió con sus mejores galas para ver a su Señor. imponente con la túnica blanca deslizándose sobre la peana recibió a cientos de fieles. Tras Él, su fiel seguidora, María Santísima de la Trinidad Coronada. La Virgen, ataviada de reina, lució bajo su palio bordado y su profusa candelería.

Colas a las puertas de la casa hermandad de la cofradía del Cautivo. Colas a las puertas de la casa hermandad de la cofradía del Cautivo.

Colas a las puertas de la casa hermandad de la cofradía del Cautivo. / Marilú Báez (Málaga)

Esas lágrimas de sal derramadas en el Lunes Santo fueron endulzadas por el cariño de los hermanos. Porque Málaga vibró en este solemne día de la Semana Santa, y ojalá el año que viene broten de todos los malagueños lágrimas de sal provocadas por la alegría al ver a sus sagrados titulares mecerse sobre sus tronos procesionales. No habrá mejor señal. Mientras tanto, recuerden que el Señor y su Madre, la Virgen de la Trinidad Coronada, aguardan en la iglesia de San Pablo los 365 días del año.

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