Unicaja

Tyler Kalinoski, bala de plata

Kalinoski, frente a BAXI Manresa en el play off

Kalinoski, frente a BAXI Manresa en el play off / ACB PHOTO / M. POZO

"Lo tenemos muy claro con él. Hay cosas muy al margen de sus porcentajes que son muy importantes para nosotros. Lo importante es que nos siga dando lo que tiene más allá de eso. Es cierto que nos alegramos si mete un tiro que buscamos, pero eso no es lo importante". Son palabras de Ibon Navarro en noviembre sobre Tyler Kalinoski. Le costó arrancar la temporada al de Ohio, durante un buen grueso del curso por debajo de un 30% en triples, pero como decía Ibon no es un jugador para cuantificar su rendimiento en base a dos o tres números. Sería injusto. Ahora está en un 37.2%, in crescendo, ya muy digno. Sacó la capa de superhéroe en una serie con BAXI Manresa magistral, quizá el MVP particular de estos cuartos de final, en una lucha feroz porque los Alberto Díaz, Barreiro, Ejim, o esa versión cerebral de Carter en el Congost, tuvieron mucho impacto en esa serie. Suma tanto... Si Alberto le dio la semana a Dani Pérez, Kalinoski arruinaba la moral de Brancou Badio, horrible en sus porcentajes, pero uno de los diez mejores jugadores de la temporada. Manos, intuición, provocando el caos en el ataque manresano. Un tesoro con el que cuenta el Unicaja, eso se le dijo al club en Luego cuando el Unicaja cristalizaba ese fichaje. El fichaje. Y una bala de plata en este play off.

Momento crítico en Málaga, en ese último cuarto tenso, farragoso e incómodo de jugar, con un Manresa que llevaba la batuta en el marcador y tempo. Pero Kalinoski lo desatascó con dos triples, contagió a jugadores y grada, y el Unicaja ya supo darle forma a ese primer punto. Un tsunami de energía positiva. Ejim es el pegamento, pero también comparte esa etiqueta con Kalinoski. Ha sido el jugador con el mejor más/menos de la temporada ACB (+9), con bastante diferencia sobre sus inmediatos perseguidores: Facundo Campazzo (+8,2), Dzanan Musa (+8,1), Edy Tavares (+8,0) y el también cajista Kameron Taylor (+7,2). Lo que condiciona a la defensas contrarias pese a no tocar el balón, esos bailes mientras sale de los bloqueos, y si recibe es habitual sacar alguna ventaja. Olfato especial para rebotear (fue el máximo reboteador del Unicaja en Badalona). Y muy llamativas esas siete asistencias en el primer partido, porque intuye y sabe jugar al baloncesto, ese IQ que también mola mencionar a los del mundillo.

Muy parecido al 2-0 en Manresa. Cuando el Unicaja tambaleaba en la primera parte, Kalinoski acertaba, echaba cloroformo al partido y el equipo ya encontró la fórmula antes del descanso. Luego llegó esa aceleración del arranque de tercer cuarto y el Unicaja lo resolvió, pero todo empezó en dos triples de Kalinoski, que no propiciaba un ataque sencillo del rival. Una angustia para el BAXI Manresa. Y un jugador de Euroliga, escasean esos jugadores de rol con buena mano y mejores condiciones para defender. Que siga pasando desapercibido.  "Nunca he sido el más alto, ni el más fuerte. Siempre encontré maneras de mejorar para poder tener una oportunidad de estar en los equipos. Algo que he aprendido es a mejorar y hacer bien las cosas, que quizás se ven menos o que no hace todo el mundo. Cuando haces esas cosas, ayudas al equipo a ganar. Cuando consigues un rebote o permites que tu equipo tenga un lanzamiento. Intento no pensar mucho en mis estadísticas, solo en hacer lo posible para que el equipo gane. Pueden verme solo como un tirador o todo lo que hago es tirar, y que además defiendo poco. Lo que la gente no se da cuenta es que también hago todas las pequeñas cosas. Si no estoy haciendo tiros, seguiré ayudando al equipo a hacer cosas buenas", reflexionaba Kalinoski hace unos meses en Málaga Hoy de cómo es capaz de interpretar lo que demanda una situación de partido. Qué jugador.

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