Resultado y crónica del Unicaja-Nanterre

Quién te ha visto, Unicaja (83-92)

  • El Unicaja queda al borde de la eliminación de la Eurocup a mitad del Top 16 tras perder ante un Nanterre superior

  • El efecto Katsikaris no se nota de momento en un equipo romo

Los jugadores del Unicaja se retiran desolados.

Los jugadores del Unicaja se retiran desolados. / Javier Albiñana

La temporada se va por el sumidero sin remisión. El Unicaja está en una crisis deportiva de dimensiones terribles y no hay remedio. Fuera al 99% de la Eurocup a mitad del Top 16, es difícil aguantar una deriva de 11 derrotas en 12 partidos, ocho consecutivas de corrido. El Nanterre, teórico rival más asequible del grupo, hizo un destrozo en el Carpena y se llevó el triunfo (83-92) con autoridad. Se ha usado ya la carta del cambio del entrenador. De momento, el efecto en términos de resultados no existe. Los déficits de una plantilla muy descompensada afloran en cada partido y sólo un ciego no lo ve. Y, salvo que salgan jugadores, no hay margen económico, insisten, para cambios. Pero la imagen es terrible. Un equipo que debía pelear por el título está prácticamente fuera a mitad de la segunda fase de la que debía ser la gran competición por el premio que reparte. Es muy triste comprobar cómo se queda en enero una temporada. Pero así está el Unicaja, es la realidad. Katsikaris toca teclas, pero no se puede ir por Europa, tampoco por la ACB, con esta defensa.

Y eso que, de salida, no fue una mala impresión. Katsikaris tiene intención de cambiar bastantes cosas, pero su revolución no es radical, aunque hay matices en sus sistemas ofensivos se parte de lo que había de antes. De salida se usaba con bastante criterio los espacios ofensivos y ello permitió un porcentaje tremendo en triples (9/14 en triples) para alimentar el tanteo. El griego sacó de la rotación a Gerun y Francis Alonso y Ferrari sólo salió en los dos minutos finales. Menos jugadores para intentar hacer sólido al grupo. Pero el boquete defensivo sigue existiendo. “40 puntos por nuestros errores”, le reprochaba Katsikaris a sus jugadores en el último tiempo muerto del segundo cuarto, después de que el Unicaja hubiera construido una ventaja de nueve puntos (47-38) que se disolvió en un parpadeo con un parcial de 0-8.

Katsikaris sacó a los tres minutos en lugar de Guerrero a Nzosa, que de partida va a tener más protagonismo a expensas de que pueda salir Gerun y de que se pueda fichar a un pívot, algo en lo que se trabaja. El congoleño responde. Metía seis puntos en el primer cuarto con continuaciones con Jaime y con un rebote y ayudaba a tapar algunos de los agujeros. El emparejamiento de Waczynski con Cordinier no era demasiado favorable, el francés es el principal caudal ofensivo de su equipo y el polaco no es un defensor de alto nivel. Por ahí venían puntos. Demasiados en general, la tendencia de toda la temporada. El grueso del segundo cuarto se jugaba con Thompson de cinco y Abromaitis, muy acertado en el triple, como cuatro. Con 49-46 se iba al descanso el partido.

Las buenas sensaciones, en el tercer cuarto, se diluyeron de manera fulminante, la tremenda inconsistencia siempre aparece. Cordinier, un jugador de calibre muy superior, continuaba el destrozo, ahora a Bouteille. Y el ataque, que había sido el sostén, colapsaba. Contenidas las jugadas que hacían daño, pese a los ímprobos esfuerzos de Nzosa por dar más oportunidades, el equipo sólo anotó 10 puntos en un cuarto terrible, cerrado con un triple de Cordinier desde ocho metros con Nzosa punteándole. Era la imagen de la desolación.

Con 62-75, el Unicaja tuvo un momento de brillantez, con triples de Waczynski y un dos más uno de Abromaitis que permitió acercarse a 74-77 a falta de cuatro minutos y medio. Fue el canto del cisne. Aunque el Nanterre jugaba con una rotación muy reducida, no le fallaron las piernas mientras el Unicaja se volvió ansioso de nuevo, con demasiadas prisas cuando había hecho lo más complicado, ponerse a tiro. No es este equipo tan malo como dicen los resultados del último mes y medio, pero la competición no perdona. La gran ilusión de la temporada está virtualmente perdida. Otro partido en los 90 puntos recibidos, la sensación de que quedan meses de trámite mientras no cesan de caer derrotas. Quién te ha visto, Unicaja. Un equipo respetado y poderoso en Europa, que hizo sufrir a los mejores, en esta situación a finales de enero. En un contexto terrible en la sociedad por la pandemia, el deporte no es prioritario, pero el Unicaja no da ninguna alegría.

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