Unicaja

Confianza en Gerun

  • El club y Casimiro mantienen la fe en el pívot y cierran la puerta a su salida ante el interés de Fuenlabrada o Bilbao

Gerun, en el duelo frente al Obradoiro de ACB en el Carpena.

Gerun, en el duelo frente al Obradoiro de ACB en el Carpena. / marilú báez

La irregular trayectoria del Unicaja, pese a haber ganado siete de los últimos nueve encuentros, a puesto a muchos nombres en el candelero. Uno de ellos es el de Volodymyr Gerun, cuestionado desde el inicio al igual que la estructura interior. Se hacía especial énfasis en el puesto de pívot, con la recolocación de Deon Thompson al cinco. Como se ha visto después en los 15 duelos jugados entre ACB y Eurocup, la pintura es uno de los talones de Aquiles. Ello está teniendo especialmente incidencia en el tema del rebote, esa suerte tan importante en el baloncesto, donde el equipo malagueño es el peor en ambas competiciones.

El ucraniano es uno de los que ha bajado su rendimiento en referencia al curso pasado. Ha perdido peso en la rotación y ya no está tan presente en los planes de Casimiro, pese a que Thompson ha jugado más de ala-pívot. Le quitó minutos Nzosa, que tuvo una gran irrupción. Gerun jugó 168 minutos (11 de media) en 15 encuentros. 246 estuvo en pista Rubén Guerrero, por los 269 del californiano. El joven congoleño, en dos choques menos, acumuló 141. Sólo Carlos Suárez, disponible tras su lesión en 11 choques, tuvo menos protagonismo. Los números del ex del Breogán, en consecuencia, son pobres. 2.6 puntos (50% en tiros de dos y 52.9% en tiros libres) y 2.7 rebotes para 2.6 de valoración. La temporada anterior eran 7.2, 4 y 9.9, estando seis minutos más sobre el parqué. Los números, aunque a veces secundarios, no mienten en este caso.

Recuperó Gerun, que firmó en el verano de 2019 un contrato de dos años y uno opcional, importancia en la última semana. Brilló en Zaragoza y dio buenos minutos para frenar a Birutis ante el Obradoiro. En cierta manera, también eran un triunfo del entrenador, que pese a tenerlo en segundo plano nunca lo dejó totalmente fuera de rotación. Parece un detalle nimio, pero no ocurrió igual con Suárez. En Francia este martes, como el equipo, volvió a una versión gris. Lo mantuvo el técnico en momentos importantes del último cuarto, pero tuvo que sentarlo.

Pese a todo, el Unicaja y Casimiro no le pierden la fe al pívot. De hecho, el manchego es uno de sus grandes valedores en Málaga. Pudo salir este pasado verano y se paró cualquier negociación. Ante su situación también tuvo oportunidades de encontrar una cesión con el curso empezado. Primero fue el Urbas Fuenlabrada, como informó La Opinión de Málaga, el que preguntó por él. Luego el Bilbao Básket, como publicó el Deia. Pero en ambos casos la respuesta fue negativa desde Los Guindos.

Muestra de confianza para el ucraniano, que irá con su selección en la ventana de noviembre, que tiene uno de los contratos más bajos de la plantilla. Se trata más de respaldo que dificultad para poder sacarlo del equipo. Tiene aún margen el jugador, que hasta ahora ofreció una versión pobre. Su suelo debe estar, al menos, en la del curso anterior. Con sus taras, tuvo tramos destacados. La aportación de los interiores es necesaria para subir el nivel de este Unicaja, inclinado hacia el perímetro.

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