Tras un inusual descanso en la ACB, el Unicaja regresa a la competición. Recuperó piernas después de esprintar y jugar cuatro partidos en seis días. Un mismo espacio de tiempo donde ahora no jugó ninguno. Le ha venido bien a Luis Casimiro para seguir ensamblando y ajustando de cara a un tramo, a priori, más sencillo de calendario, pero fundamental para ir tachando objetivos básicos. En el aire, por el momento, la visita a Podgorica al Buducnost, que tiene ocho positivos por COVID-19. Un estado crítico de la pandemia también en España que provoca que sea el primer partido de la Eurocup donde no haya público en las gradas. Si no hay más novedades, es el único peaje a pagar después de las nuevas medidas de la Junta de Andalucía. 

Hay igualdad en el Grupo B. Colideran el Metropolitans y el equipo malagueño, aunque los montenegrinos (el Buducnost con dos partidos menos después de esta semana) aprietan por detrás. A un triunfo está el Mornar Bar, que tiene un premio gordo si gana en Málaga. Adelanta a los cajistas y le gana definitivamente el average. Dos por uno. Los balcánicos tienen un +10 del choque de la primera vuelta, una de las noches de la temporada donde los de Luis Casimiro se mostraron más desbordados e impotentes. En Bar se tocó fondo, por más que el Baxi Manresa días después asaltara el Carpena. Desde ahí comenzó una línea ascendente, con algún asterisco crónico dejándose ver, que dejó siete victorias de nueve. Muchas de valor en Valencia, Gran Canaria o Zaragoza. 

Ese doble valor de este encuentro provoca que el Unicaja pueda dar un paso importante hacia el Top 16. No sería matemático, aun quedarían tres jornadas para el cierre de la fase de grupos, pero casi si el rathioparm Ulm pierde con los franceses. La brecha se estiraría mucho. Y cabe resaltar que no es un asunto baladí porque el conjunto malagueño tiene una importante tarea aún en la ACB, que es certificar el billete de la Copa del Rey. Ahora marcha octavo tras varias semanas fuera de ese selecto grupo. También porque la virulencia de la pandemia no cesa y la situación se va volviendo incierta en las competiciones europeas. Cada vez son más los partidos aplazados y las fechas libres no abundan. Como ya se ha dicho, conviene estar lo más arriba posible por cualquier alternativa que pudiera tomarse. Aunque la Euroliga aún sigue firme en su planteamiento inicial. 

Aunque siempre lo es, ahora se acentúa un poco más. Es un momento de decisiones para Casimiro. El entrenador manchego tiene que hacer un descarte tras la reinserción de Gal Mekel, ya preparado para competir. En París el elegido fue él, pero se entendía que aún estaba por detrás de sus compañeros. Ahora, con estos días a su favor, la decisión puede cambiar. Nzosa ha tenido alguna molestia y puede ser el nombre esta semana. También lo sería en un planteamiento lógico de siete exteriores y cinco interiores. Pero el panorama cambio mucho desde septiembre y el congoleño es ahora uno de los jugadores más útiles para el técnico. De fondo aún continúa la escasa utilización del capitán Carlos Suárez. En estas semanas se comprobará qué pasa por la cabeza de Casimiro. 

La visita del Mornar Bar, que aterriza con confianza tras ganar en la ABA League el sábado, da inicio a una semana en casa que concluirá con el Acunsa GBC de Viny Okouo. Uno de los conjuntos con menor potencial de la ACB. Antes, los balcánicos llegan con un equipo peligroso, como ya se comprobara en Bar. Americanos como Jacob Pullen, Kenny Gabriel, Whitehead o Taylor Smith y otros de la tierra como Nemanja Vranjes, Lukovic o Bjelica. También puede volver Needham. La misión es ganar, pero también recuperar ese -10 y coger impulso. Una victoria evita sustos.