Crónica Personal

La jura de Leonor y la Constitución

Monarquía parlamentaria. La jura de la Constitución representa su mayoría de edad, y momento en el que pueden asumir las responsabilidades plenas que recogen las constituciones

Leonor durante el acto de jura de bandera.

Leonor durante el acto de jura de bandera. / Javier Cebollada / efe

EL próximo martes la princesa de Asturias jurará la Constitución en el palacio de la Carrera de San Jerónimo, sede de las Cortes. Lo hace el mismo día que cumple 18 años, su mayoría de edad, como hizo su padre en enero del 86 con el mismo protocolo. Tras la Jura, se desplazará al Palacio Real donde el Rey Felipe le impondrá la condecoración de Carlos III, ya que Leonor cuenta con el Toisón de Oro. Dos actos institucionales del máximo nivel, con lo ello exige: presencia de las máximas autoridades del Estado y los correspondientes honores civiles y militares.

Se complementarán con una reunión estrictamente familiar, no exenta de polémica pues las relaciones familiares no son precisamente fluidas. El Rey Juan Carlos reside –contra su voluntad– en Abu Dhabi, desde donde realizará un viaje relámpago a Madrid, y en los días previos ha hecho saber que es su forma de indicar su malestar por no haber recibido autorización para asistir a la Jura de la Bandera de su nieta en la Academia Militar General de Zaragoza. Se ha filtrado que tampoco ha recibido autorización para pernoctar en La Zarzuela tras la celebración familiar, aunque no se descarta que finalmente pueda hacerlo en consideración a su edad. A pesar de residir ahora en el emirato sigue considerando su domicilio el Palacio de la Zarzuela, en el que ha residido desde su matrimonio y donde guarda todavía la mayor parte de sus recuerdos y pertenencias personales.

El acto de Jura de la Constitución de un príncipe o una princesa heredera, es uno de los más importantes de sus biografías. Representa su mayoría de edad, y momento en el que pueden asumir las responsabilidades plenas que recogen las constituciones de los países con monarquía parlamentaria. Países, hay que insistir en ello, que ocupan los primeros puestos en la lista de los que mejor cumplen con las normas de la democracia.Es uno de los argumentos que inclinaron a los ponentes de la Constitución española a recoger la monarquía parlamentaria como la forma de Estado, aunque es cierto que hubo debate previo porque los ponentes constitucionales de izquierdas, Gregorio Peces Barba y Jordi Solé Tura, socialista y comunista, plantearon la necesidad de estudiar la fórmula que pudiera crear mayor consenso.

Una de las paradojas de la España política actual. Mientras los dirigentes de la izquierda de la Transición que pertenecían a partidos históricamente republicanos, apostaron por la fórmula de la monarquía parlamentaria y han respetado al Rey Juan Carlos primero, y al Rey Felipe, como reconocimiento al papel que hizo Don Juan Carlos en la democratización de España tras la dictadura, los dirigentes actuales de izquierdas, fruto del equilibrio político y social logrado durante casi 50 años de monarquía, siguen aferrados en cambio a un concepto republicano muy simple, que estos días previos a la Jura de la princesa Leonor ya no resiste un análisis mínimamente riguroso: no es aceptable que el gobierno sea una cuestión de herencia, al margen de la voluntad de los ciudadanos.

En primer lugar hay que diferenciar entre Jefe de Estado y Jefe de Gobierno. En las monarquías parlamentarias las atribuciones del Jefe del Estado, Rey o Reina, son muy limitadas, y están obligados a asumir las decisiones del gobierno avaladas por la mayoría del Parlamento. Su papel es institucional, no ejecutivo. Si se quiere hurgar en la incongruencia de la herencia, algunos políticos que solo ven aspectos positivos en las repúblicas, sin embargo aceptan que en repúblicas con las que mantienen excelentes relaciones los gobiernos pasen de padres a hijos, o entre esposos. No hace falta poner ejemplo, porque son muchos … y muy señalados.

EL BOICOT DEL PNV

Respeto máximo para quienes son contrarios a la monarquía, pero no es aceptable que los dirigentes de los partidos políticos con representación parlamentaria, y mucho menos los que forman parte del gobierno y están por tanto más obligados que los restantes ciudadanos a asumir y defender lo que recoge la Constitución, hagan profesión de fe de su rebeldía constitucional negándose a aceptar sus preceptos.La decisión de no acudir a actos tan relevantes como los que celebran la mayoría de edad de la heredera es impropio de quienes se sientan en el Gobierno central y en los regionales y, como recoge la Constitución, forman parte de sus instituciones cumpliendo los requisitos para formar parte de ellas.

El martes próximo habrá ministros ausentes en el hemiciclo. Los de Podemos, si insisten en las posiciones que mantienen ahora. Ha sido necesario que desde Moncloa y desde Ferraz se haya hecho un llamamiento a los miembros del gobierno y a los parlamentarios para que acudan a los actos en honor de la Princesa de Asturias. Se han sumado al boicot los partidos independentistas y nacionalistas, que son los que precisamente forman parte del bloque de apoyo al gobierno de Pedro Sánchez. Con la sorpresa de última hora de que también se suma al grupo de ausentes el PNV, un partido conservador, convencional, respetuoso siempre con las formas y que ha mantenido un comportamiento respetuoso y leal con D. Juan Carlos y D. Felipe, muy activos además en la promoción de todo lo vasco.

Ahora marcan distancias con un argumento ridículo: que el Rey Felipe todavía no ha acudido a la Casa de Juntas de Guernika. Nunca se ha negado a ir, nunca ha dicho que no iría. A nadie se le escapa que la inesperada decisión del PNV está directamente relacionada con el temor a que Bildu, abiertamente antimonárquico, y partido al que se da por ganar las elecciones vascas del 2024, podría sacar ventaja en el voto joven y nostálgico de ETA presentándose como contrario a la monarquía. También el crecimiento de Bildu es la razón de que el PNV no apoye al PP de Feijóo, no tiene nada que ver con Vox: la única forma de impedir que Bildu gobierne sería gracias al apoyo del PSOE-PSE a un lehandakari peneuvista. Los escaños del PP posiblemente no serían suficientes para lograrlo.

LA FORMACIÓN DE UNA FUTURA REINA

La princesa Leonor no ha dado la menor señal de que es sensible a los gestos de rechazo a su persona y a la monarquía. Como hace su padre, el rey Felipe, actúa con naturalidad en cada ocasión en la que se presenta en público o debe pronunciar unas palabras. Hace una semana, en el acto de entrega de los Premios de la Fundación Princesa de Asturias, dijo al referirse a su jura: “Soy consciente de cuál es mi deber y lo que implican mis responsabilidades”.

Su formación es excepcional, precisamente porque desde que nació está siendo preparada para asumir esas responsabilidades.

Acudió a un colegio privado mixto, Santa María de Los Rosales, el mismo en el que había estudiado su padre, donde ha sido tratada como una alumna más aunque con refuerzos en determinadas asignaturas en el colegio y en Zarzuela, entre ellos los idiomas, tanto inglés y francés. Puede expresarse también en catalán y gallego, y solo conoce algunas palabras en euskera que le permiten leer unas frases en público.

Los dos años de bachiller los ha hecho en un colegio de Gales muy conocido por su metodología inclusiva, en la que miembros de familias reales y de grandes figuras empresariales y políticas internacionales se mezclan con jóvenes de clase media procedentes de diferentes países, culturas y origen. Con un programa muy centrado en la integración, conocimiento de los problemas sociales y trabajos en equipo de alumnos de distinto perfil.

Al finalizar, la princesa Leonor, como su padre, y de acuerdo con el Gobierno, inició la formación militar que recibirá en las Academias de Zaragoza, San Javier y Marín, con un diseño especial para ella de manera que pueda cumplir las materias más importantes de esa formación en dos años, que culminarán con el viaje de estudios a bordo del Buque Escuela Elcano, que suele durar varios meses.

Tanto para ingresar en el UWC Atlantic College –donde hoy estudia su hermana la infanta Sofía– , como para las academias militares, ha debido pasar las pruebas necesarias, en las que es difícil recibir trato de favor porque se trata de pruebas, físicas en su mayor parte, en la que no se acepta a quienes no logran las metas marcadas, no valen las interpretaciones subjetivas. De hecho, desde que finalizó su estancia en Gales hasta que inició el curso en Zaragoza, la princesa recibió una preparación exhaustiva durante el verano, con un militar, para que alcanzara los objetivos de obligado cumplimiento.

El martes inicia la Princesa de Asturias una nueva etapa en su vida institucional. Habrá ausencias en su jura de la Constitución, pero su compromiso con España no se debilitará por esas ausencias ni por los retos que se le presenten.

Tanto su padre como el rey Juan Carlos han atravesado momentos duros de soportar, pero no cedieron en sus principios ni en el cumplimiento de sus responsabilidades.

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