La farola

Paseos diferentes en Málaga para disfrutar del último tramo del verano

Personas paseando por un puente del pase marítimo de Málaga

Personas paseando por un puente del pase marítimo de Málaga / Javier Albiñana

El tramo final del verano que tiene a septiembre como protagonista no sólo sigue siendo bueno para disfrutar de los espetos, aún saltándose la popular Ley de la erre, también abre la puerta a tardes más placenteras, mañanas más tranquilas y ambientes menos hostiles en lo referente a las temperaturas y un punto menos de visitantes que en los momentos más álgidos del periodo vacacional. Tal vez por eso tanto Málaga capital como otros puntos de la provincia reúnen requisitos para hacer de los paseos más placenteros.

Si los jardines botánicos de la provincia o municipios como Frigiliana y Nerja son algunos de los más frecuentados para un paseo con relajante con buenas vistas, a menudo los lugares que se frecuentan habitualmente toman un cariz distinto en función de los ojos con que se vean, el itinerario que se sigua, las perspectivas que se vean o la significancia que se le pueda dar al pasado de esos lugares. La capital malagueña está repleta de historias, sitios y restos de un pasado tan rico y extenso como recuerda la historia humana, cuyas mayores historias son divulgadas de manera relativamente amplia, de ahí que fijarse en pequeñas historias o hechos menos conocidos o habituales en las guías de viaje pueda influir en los pequeños detalles que se perciben en un paseo cualquiera a finales del verano mediterráneo. Un buen ejemplo de ello pueden ser los paseos por la Málaga romántica, que tiene poco que ver con los tópicos, pero hay más opciones.

Ibn Gabirol, el centro con otros ojos

La historia del sefardí Ibn Gabirol es peculiar, digna de una gran serie o una película incontestable. Aunque su estancia en Málaga no fue muy extensa y su vida está llena de huidas y viajes forzados, el momento histórico en el que ve la luz es un momento especial dentro de la época musulmana: se cae el imperio Omeya y se declara la Taifa de Málaga. Lo que hoy es el centro histórico de la ciudad, su alcazaba y su pequeña judería cambian. Si lo que hoy es la plaza de La Merced seguía siendo el histórico mercado y punto de reunión de la mayoría de vecinos de la ciudad, la judería estaba (más o menos) entre la calle Alcazabilla y la calle San Agustín. Hoy en día, el centro de visitantes que lleva el nombre del pensado y poeta malacitano marca la entrada a esta parte de la ciudad que tiene un trazado singular. Ibn Gabirol fue polémico en una época convulsa y sus escritos fueron estudiados durante siglos siendo reconocido en todo el mundo hasta el presente,. Nació hace mil años en una ciudad que se armaba para afrontar el cambio de poder en el Sur de la península ibérica, algo que provocó el éxodo de familias y la llegada de otras. Una Málaga en continuo cambio en torno a La Alcazaba que seguiría siendo una edificación muy importante.

Los veranos de la familia García Lorca

La familia García Lorca, Federico incluido, pasaban los veranos en Málaga. Desde el antiguo hotel Hernán Cortés (actual sede de la Subdelegación del Gobierno en la ciudad), el poeta vio (al menos de 1918 a 1924) una ciudad en la que era la industria la que más importaba, con el ferrocarril en torno a la línea marítima y no mucha arena en sus playas. Aún así, celebraba los baños en La Caleta de Málaga, sus paseos por el barrio de La Trinidad y sus paseos por el puente de Tetuán de la capital. "Manolo, debe venir. Es imprescindible", le animaba a Manuel de Falla a que visitara Málaga en sus correspondencias: "Málaga es maravillosa, y ahora ya lo digo dogmáticamente. Para ser un buen andaluz hay que creer en esta ciudad que se estiliza y desaparece ante el mar divino de nuestra sangre y nuestra música. ¡Es imprescindible que venga V.!", le insistía. Federico veía a la ciudad con optimismo y alegría. Además, la familia García Lorca solía ir al Hernán Cortés en septiembre, cuando el verano era más suave.

Los pasos del rey José I y las batallas contra Napoleón

El rey José I pasó nueve días en Málaga y se quedó prendado de la ciudad y de la provincia. En su estancia visitó muchos lugares en torno a la capital y pueblos como Vélez Málaga y siempre es bueno ver el centro de una manera diferente. En torno a la calle Trinidad Grund estaba el centro de operaciones regias en esa parte del siglo XIX. Pero hay varias zonas por las que pasear que están lejos del centro y también tienen que ver con él y con las tropas que dirigió su hermano algunos años antes de su coronación.  El parque de los Héroes del Combate no es muy conocido en Málaga. está en Teatinos y se dedica a los malagueños y militares que plantaron batalla a los ejércitos de Napoleón que entraron a la ciudad por esa zona. Esa zona de la ciudad fue testigo de los combates que repercutieron en un gran número de muertos y en un golpe durísimo a las infraestructuras de una ciudad que no estaba en su mejor momento. Hoy en día tiene cerca el parque de La Laguna de La Barrera que puede ser una buena opción para relajarse y ver tortugas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios