Las rutas de senderismo más mágicas (y menos conocidas) que deberías hacer en Málaga antes de que acabe el otoño
Senderos ocultos entre montañas, cascadas y bosques que muestran la cara más tranquila de la provincia
La Cascada de La Rejía y la Sierra de Almorchón, dos joyas naturales ideales para explorar en otoño
Descubre la Málaga más mágica entre pozas, miradores y pinares teñidos de colores otoñales
El otoño convierte la provincia de Málaga en un auténtico espectáculo de colores y contrastes. Los tonos dorados, ocres y rojizos de los bosques se mezclan con el azul del cielo y el verde de las montañas, creando un paisaje perfecto para los amantes del senderismo. En esta época, las temperaturas suaves y el aire limpio invitan a recorrer caminos que muestran una cara más tranquila y misteriosa de la provincia, lejos del bullicio de la costa.
Entre la amplia variedad de rutas que ofrece el territorio malagueño, existen algunos itinerarios menos transitados que sorprenden por su belleza natural y su atmósfera casi mágica. Caminos que discurren junto a ríos, cascadas o formaciones rocosas singulares, y que permiten disfrutar del entorno en calma. Dos de ellos destacan por su encanto y singularidad: la Cascada de La Rejía, en Tolox, y la Sierra de Almorchón, próxima al Caminito del Rey.
La Cascada de La Rejía: un rincón escondido en la Sierra de las Nieves
En el corazón del Parque Nacional Sierra de las Nieves, Tolox guarda uno de los secretos naturales mejor conservados de Málaga: la Cascada de La Rejía, una impresionante caída de agua que se alza entre montañas y pinares. Llegar hasta ella implica seguir un sendero que combina tramos de ribera, zonas de ascenso y vistas panorámicas de gran belleza.
La ruta comienza junto al Balneario de Tolox, donde se puede dejar el vehículo antes de adentrarse en el camino que acompaña al río de los Caballos. Durante el recorrido, el sonido del agua guía al visitante entre pozas cristalinas y pequeños saltos de agua que animan el trayecto. Entre los puntos más destacados del camino se encuentra el Charco de la Virgen, un enclave muy fotografiado, ideal para hacer una pausa antes de afrontar el tramo final hacia la cascada.
El sendero, de unos 10 a 12 kilómetros en total, exige cierta precaución, ya que algunos tramos son estrechos y resbaladizos, especialmente cuando ha llovido. Sin embargo, la recompensa llega al final del recorrido, donde el rugido del agua anuncia la cercanía de la Cascada de La Rejía, una de las más altas y espectaculares de toda la provincia. El regreso puede hacerse por el mismo camino o completando un recorrido circular que atraviesa un frondoso pinar.
En otoño, la zona muestra su mejor versión: el caudal del río aumenta, las temperaturas son agradables y el paisaje se tiñe de una paleta de colores que transforma el entorno en un escenario digno de postal.
Sierra de Almorchón: la joya silenciosa junto al Caminito del Rey
No muy lejos del célebre Caminito del Rey, la Sierra de Almorchón ofrece una alternativa más tranquila para quienes buscan disfrutar de la naturaleza sin aglomeraciones. Este recorrido circular de unos 10 kilómetros combina la serenidad de los bosques con panorámicas imponentes sobre el Desfiladero de los Gaitanes y el Embalse del Chorro, dos de los paisajes más emblemáticos del interior malagueño.
El inicio de la ruta resulta cómodo y accesible. Desde la zona de aparcamiento, el sendero se adentra en un túnel que da paso a un entorno dominado por el río Guadalhorce. El camino avanza entre vegetación mediterránea hasta alcanzar el mirador de las Buitreras, donde las vistas del desfiladero y del entorno rocoso muestran una imagen distinta del paisaje que se observa desde las pasarelas del Caminito del Rey.
A medida que se gana altura, el sendero conduce al pico El Convento, uno de los puntos más altos del recorrido y un excelente mirador natural desde el que contemplar el horizonte montañoso. La segunda parte de la ruta desciende suavemente entre pinares hasta llegar al área próxima al camping del embalse, punto donde se cierra el circuito.
La Sierra de Almorchón combina a la perfección la tranquilidad del entorno natural con la espectacularidad de sus vistas. Su menor afluencia de visitantes permite disfrutar del silencio y de una conexión directa con el paisaje, especialmente en los meses otoñales, cuando la luz adquiere una calidez especial y las montañas parecen cobrar vida.
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