Así es la verdadera Málaga: los cinco pueblos que definen su esencia

Conocer Málaga va mucho más allá de su capital moderna y cosmopolita. Entender su verdadera esencia implica adentrarse en su interior, descubrir su pasado y recorrer los pueblos que dan forma a su identidad. El portal especializado Viajar ha identificado los cinco pueblos que mejor representan la provincia de Málaga, auténticos emblemas de su historia, su patrimonio, sus paisajes y su gastronomía. Según esta selección, Ronda, Antequera, Nerja, Mijas y Canillas de Aceituno condensan la diversidad y el carácter de una tierra que une mar, montaña y tradición.

Ronda, la ciudad de las vistas infinitas

Ronda es, sin duda, una de las joyas más emblemáticas de la provincia. Su imagen, marcada por el imponente Puente Nuevo, resume a la perfección la espectacularidad del paisaje malagueño. Esta estructura monumental se alza sobre el Tajo de Ronda, un desfiladero de más de 100 metros de profundidad que divide la ciudad en dos y regala panorámicas vertiginosas de la Serranía de Ronda.

Considerada una de las localidades más antiguas de España, Ronda conserva un casco histórico de gran valor, con calles empedradas, casas encaladas y una mezcla única de arquitectura árabe y andaluza. Entre sus lugares más destacados figuran la Plaza de Toros, una de las más antiguas y bellas del país, y el Palacio de Mondragón, que combina influencias moriscas y renacentistas. Viajar la define como “una parada esencial para comprender el alma histórica y monumental de Málaga”.

Antequera, patrimonio y naturaleza en equilibrio

El portal subraya que “no se puede decir que se conoce Málaga sin haber estado en Antequera”, una afirmación que refleja el peso patrimonial y cultural de esta ciudad. Su Alcazaba, de origen árabe, se alza sobre la población como símbolo de su pasado defensivo y ofrece vistas panorámicas sobre los valles y colinas circundantes.

Antequera destaca además por sus monumentos megalíticos, los Dólmenes de Menga, Viera y El Romeral, declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, un testimonio único de la civilización prehistórica en Andalucía. A ello se suma el impresionante Torcal de Antequera, un paraje natural con formaciones rocosas de aspecto casi escultórico, considerado uno de los escenarios geológicos más sorprendentes de Europa. Historia y naturaleza se funden aquí en una armonía que define la esencia del interior malagueño.

Nerja, entre el mar y las cuevas milenarias

En la costa oriental, Nerja representa la cara más luminosa del litoral malagueño. Viajar la describe como “uno de los pueblos costeros más populares de Málaga”, célebre por su Balcón de Europa, un mirador que se asoma al Mediterráneo y ofrece una de las vistas más icónicas de la Costa del Sol.

Nerja combina playas de aguas cristalinas y calas escondidas con un patrimonio natural excepcional: las Cuevas de Nerja, un conjunto de galerías subterráneas que guarda estalactitas, estalagmitas y arte rupestre de miles de años de antigüedad. Este monumento natural, de relevancia internacional, refleja la profundidad histórica del municipio y su vínculo con la tierra y el mar.

Mijas, la esencia del pueblo blanco

Situado en la ladera de la montaña y con panorámicas sobre la costa, Mijas es la viva imagen del pueblo blanco andaluz. Sus calles encaladas, sus balcones floridos y sus miradores naturales lo convierten en un ejemplo perfecto de la arquitectura tradicional de la provincia.

La revista Viajar destaca símbolos tan singulares como los burro-taxis, una seña de identidad de Mijas, y la peculiar Plaza de Toros ovalada, única por su forma. Además, el Santuario de la Virgen de la Peña y la ermita del Calvario ofrecen puntos de observación privilegiados sobre el litoral. Mijas resume, en cada rincón, la convivencia entre el encanto rural y el atractivo turístico que caracteriza a la Costa del Sol más auténtica.

Canillas de Aceituno, naturaleza en estado puro

Para los amantes de la naturaleza y el senderismo, Canillas de Aceituno representa el alma montañosa de Málaga. Ubicado a los pies de la Sierra de Tejeda, este pueblo es el punto de partida de la célebre Ruta del Saltillo, conocida como el Caminito del Rey de la Axarquía por sus pasarelas colgantes que conectan montañas sobre barrancos y ríos.

Su entorno natural, de abrupta belleza, ofrece algunos de los paisajes más imponentes del oriente malagueño. Además, Canillas conserva una rica tradición gastronómica, con especialidades locales como el chivo lechal o las migas, que forman parte de su identidad y de la herencia culinaria de la Axarquía.