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Tecnología y deportes: una vieja amistad desconocida

Tecnología y deportes: una vieja amistad desconocida

Tecnología y deportes: una vieja amistad desconocida / M. H.

Febrero es un mes lleno de eventos y celebraciones, es sinónimo de coloridos carnavales, del romanticismo del día de San Valentín y, por supuesto, de la emocionante Copa del Rey de baloncesto. Este año, este prestigioso evento deportivo regresa a Málaga, un lugar que ya acogió este torneo en el año 2020, cuando aún desconocíamos los desafíos pandémicos que nos esperaba poco tiempo después. Lo cierto es que la ciudad de la Costa del Sol se ha convertido en un auténtico referente en lo que respecta a la organización de este tipo de eventos. Recordemos que esta será la tercera vez que Málaga acoge la Copa del Rey de baloncesto en apenas una década, demostrando así su capacidad para acoger con éxito no solo este tipo de eventos deportivos, sino también otras celebraciones y festividades.

¿Por qué relato esto y cuál es la conexión con los artículos de innovación tecnológica que solemos compartir con la apreciada audiencia? Nos encontramos en un año especial, un año olímpico, lo que significa que, nos guste o no, muchos aspectos de nuestra vida girarán en torno a este evento mundial. De hecho, los Juegos Olímpicos son el mayor escaparate que podamos imaginar para exhibir los últimos avances tecnológicos en el ámbito deportivo y otras áreas que incluso parecerían no estar relacionadas pero que usan estos grandes acontecimientos como plataforma. Imagínenselo: un evento que se retransmite a nivel mundial, en vivo y durante un mes entero, donde la audiencia está prácticamente garantizada.

No es nada nuevo, ya en las Olimpiadas de Estocolmo de 1912 se estrenaba el cronómetro eléctrico o se exaltaban las bondades de la fotografía para determinar quien era el ganador con la “foto finish” y desempatar a los americanos Albert Kiviat y Norman Taber, que pugnaban por la segunda y tercera plaza en la final de 1.500 metros. Aquello no fue casualidad o amor por la tecnología, los organizadores no dejaron ningún detalle al azar y planificaron todo el programa, lo cual se materializó en que tan solo dos meses después del hundimiento del Titanic, las Olimpiadas ya eran un negocio mejor diseñado que semejante obra de la ingeniería naval, vendiéndose por primera vez los derechos de emisión en exclusiva, haciendo que un ente privado explotara el producto con conocimiento claro de lo que hacía.

Empresas y corporaciones en el campo del desarrollo tecnológico van a luchar con uñas, dientes y dólares por estar presentes de nuevo en este escenario, ya que es una oportunidad excepcional para presentar sus últimas innovaciones y aplicarlas a las disciplinas deportivas para sorprender a la audiencia o familiarizarla con determinada marca y el prestigio que supone estar presente en tan global evento. Y es que cada vez más, el uso de tecnología para analizar y mejorar el rendimiento de los atletas es una práctica más común de lo que podríamos pensar. La parametrización del deporte se ha vuelto esencial en los entrenamientos de los atletas, convirtiéndose en una herramienta clave para maximizar su rendimiento y superar sus límites.

Revisemos pues, cómo ha evolucionado esta perspectiva en el último ciclo olímpico (2020-2024), comenzando, ya que hemos comenzado hablando de baloncesto, por la NBA, una organización deportiva reconocida mundialmente, que ha demostrado ser consciente de la necesidad imperante de reinventarse para poder acercarse e influir en las nuevas generaciones. Fue en abril de 2020 cuando anunció un acuerdo estratégico con la empresa de tecnología Microsoft. El objetivo principal de esta colaboración era “redefinir y personalizar la experiencia de los fans”, un paso crucial en la era digital del deporte que todavía hoy deja hacer sentir su onda expansiva y que todavía no hemos visto el fin de sus efectos, los cuales están revolucionando el deporte.

Por otro lado, no podemos dejar de mencionar el papel que juegan las plataformas de transmisión digital en este cambio de paradigma, sorprende los beneficios de algunas que transmiten exclusivamente eventos deportivos. A pesar de la gran competencia existente en el mercado, han logrado hacerse un lugar destacado entre la oferta disponible. Gracias a su presencia, disciplinas deportivas que tradicionalmente no gozan de un público mayoritario, han tenido la oportunidad de expandir su alcance y llegar a más personas cubriendo las necesidades de millones y millones de personas en el mundo que no quieren ni oír hablar del fútbol, el baloncesto o el béisbol.

Finalmente, es importante destacar cómo la tecnología ha transformado la forma en que se juegan y se ven los deportes. Sistemas tecnológicos como el VAR en fútbol, fruto de herramientas como el Instant Replay en fútbol americano y baloncesto, el Televisor Match Oficial (TMO) en rugby o el Accident Data Recorder (ADR) en Fórmula 1, ya son parte integral de nuestra experiencia deportiva. Curiosamente, hemos asimilado estas innovaciones tecnológicas más rápido que la transición de la peseta al euro. Este es un claro reflejo de cómo la tecnología y el deporte están cada vez más interconectados.

Cada vez es más común este tipo de aplicaciones tecnológicas. Lo que, si se piensa detenidamente, es una consecuencia lógica teniendo en cuenta que ahora todos llevamos dispositivos personales que son capaces de monitorizar cada uno de los movimientos que realizamos día a día. Desgraciadamente, no todo es positivo en el deporte digital, ya que siempre existe un lado menos amable como es el sedentarismo tecnológico y la adicción a la tecnología que incide en cómo el uso excesivo de dispositivos electrónicos propiciaría una deficiencia en la práctica de actividad física para un estilo de vida más saludable. ¿Paradojas de la vida? Y es que como todo, en el medio está la virtud.

En consecuencia, a partir de lo que acabamos de mencionar, es imperativo que nos demos cuenta de la importancia inherente de la tecnología en nuestras vidas como algo que se cuela en todos los aspectos y rendijas, no es solo una herramienta pasiva, sino una facilitadora activa que está a nuestro alcance para ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida si le damos un buen uso y así disfrutar de manera mejor de cualquier cosa que podamos imaginar. No vamos a negar el impulso que le otorga la posibilidad de hacer negocio con ello, pero como acabamos de decir, eso no es malo ni bueno en si, los límites de lo ético en este campo como en el resto, los imponemos nosotros decidiendo que vemos y que no, nadie nos obliga (con permiso de la llegada de un nuevo tecnofeudalismo en ciernes).

Una última pregunta para que reflexionemos sobre la velocidad con que estos eventos nos hacen asimilar los últimos avances tecnológicos. ¿A qué todos sabemos ya, qué es un televisor con calidad UHD o una conexión 5G? No importa que hagamos o seamos, todos tenemos una opinión clara. ¿Saben cuando se realizaron las primeras retransmisiones y pruebas de conexión conocidas por todos? En las Olimpiadas de Tokio 2020. Posiblemente no recuerden ni a tres medallistas olímpicos de aquellos campeonatos, pero seguro que tan solo 4 años después todos tienen una opinión sobre la nitidez de los nuevos televisores UHD o las rápidas conexiones 5G… no es casualidad.

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