El precio medio de los ‘minipisos’ supera los 700 euros en Málaga
Expertos ven en este tipo de alojamientos sólo una ayuda, pero no la solución al problema de la vivienda
'Minipisos' de 40 metros cuadrados: la propuesta de De la Torre para los jóvenes de Málaga

Málaga/Minipisos para atajar el problema de la vivienda. Esa fue la idea lanzada hace unos días por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que planteó construir “cientos” de estos alojamientos de entre 35 y 40 metros cuadrados, para tratar de dar solución a la acuciante falta de casas en la ciudad y, sobre todo, a su elevado precio. La propuesta, a ojos de los expertos, resulta interesante, pero “insuficiente”. Así, tanto constructores y promotores, como arquitectos, consideran que los llamados minipisos “no solucionan el problema de la vivienda”, aunque sí que pueden “ayudar”. Hacen falta muchas más medidas para remar en la misma dirección, entre ellas, agilizar los trámites administrativos y diversificar la oferta para dar respuesta a las necesidades de las familias, porque, tal y como recuerdan, los minipisos solo atenderían a un perfil concreto de la población.
Los datos reflejan que el volumen de este tipo de viviendas en Málaga no llega al 2% de todo el parque inmobiliario. En concreto, según un informe elaborado por Idealista con datos de enero de 2024, en torno al 1,4% de los pisos en alquiler en la capital tiene menos de 30 metros cuadrados; la cifra es menor en la provincia (0,8%), y en Andalucía (0,6%).
Otro estudio de dicho portal inmobiliario, fechado en el pasado mes de septiembre, señala que su precio ronda los 762 euros de media al mes, y que los malagueños alquilan más estudios que habitaciones en un pisos compartidos, a pesar de que los minipisos son un 91% más caros. En realidad, su precio puede superar los 1.000 euros. Una consulta a los anuncios de los pisos de menos de 40 metros cuadrados en Idealista y Fotocasa refleja esta realidad: ni hay demasiado donde escoger, ni a un precio bajo. Lo más barato que se puede encontrar es un bajo interior de apenas 30 m2 en zonas como Campanillas, por 420 euros. A partir de ahí, pueden llegar hasta los 2.900 euros que piden por un apartamento en La Victoria o los 2.300 euros por un dúplex de 35 m2 en Pedregalejo. La mayoría oscila entre los 600 y 700 euros mensuales. También es importante precisar que muchos de estos estudios se ofertan para alquiler de temporada, es decir, vacacional.
Según Francisco Iñareta, portavoz de Idealista, “el mayor problema es que, ante una demanda creciente de vivienda de alquiler y una oferta reducida, muchas personas se ven obligadas a tener que vivir en estos minipisos”. Así, considera que “solo aumentando de forma exponencial la oferta conseguiremos que las familias malagueñas puedan optar a viviendas de mayor tamaño y mejores prestaciones”.
La secretaria general de la Asociación de Constructores y Promotores (ACP) de Málaga, Violeta Aragón, precisa que los llamados minipisos –estudios y apartamentos– “no son una innovación”, porque han existido siempre, y considera que “tienen cabida en un mercado en el que no solo necesitamos eso”. “No es excluyente de que adicionalmente necesitemos viviendas más grandes, de otras características, asequibles, de VPO... porque el segmento de necesidades es muy amplio”, señala.
Se trata, según comenta, de “ir atacando todos los frentes”. “A día de hoy hay un montón de gente joven que no está encontrando ese apartamento donde poder independizarse, eso quiere decir que se necesitan más”, dice, al tiempo que añade que “si los hay y son muy caros es porque hay más demanda que oferta”. “No soluciona el problema de la vivienda, pero ayuda”, dice. “No consiste en que todos las viviendas de Málaga se hagan de esas dimensiones, esa no es la solución, ni tiene sentido, la solución es hacer estos estudios de un dormitorio para un determinado perfil de la población, y a la vez trabajar para hacer viviendas de otras dimensiones y con otras características para otros perfiles”, afirma.
Aragón explica que la propuesta del alcalde supone que estos minipisos se construyan en un suelo dotacional, es decir, que la propiedad seguiría siendo pública, con lo cual esas viviendas no se podrían destinar a uso turístico ni tampoco tener “precios libres”. “Habría un concurso público en el que el promotor que quiera hacer esa operación tendrá que comprometerse a una renta máxima de alquiler”, detalla. Así que, según la representante de los constructores malagueños, desde el punto de vista de la rentabilidad empresarial “no es el mejor producto”. “Para que a un promotor privado le salgan los números tiene que pensar que va a hacer una inversión inicial y la recuperación de ese capital es a 50-75 años cobrando rentas de alquiler”, argumenta.
En principio, la decana del Colegio de Arquitectos de Málaga, Susana Gómez, tampoco ve con malos ojos esta propuesta, pero matiza que “el problema necesita de una batería de medidas”. “Las medidas aisladas son insuficientes”, sostiene, subrayando que “está bien para atender demanda de personas que viven solas, personas mayores, gente joven o parejas, pero es evidente que no es la vivienda adecuada para el desarrollo de una familia”. De modo que, en su opinión, “deberíamos tener vivienda a precio asequible no solo de 40 m2, sino también de mayor superficie con dos, tres, cuatro dormitorios”. En este sentido, la decana de los arquitectos defiende que “para tener un proyecto de vida lo preferible sería disponer de más superficie para no tener uno que verse obligado, en un corto plazo de tiempo, a ponerse otra vez a buscar vivienda”. Es necesario, por tanto, “más diversidad” en la oferta.
En cuanto a la consideración de que los minipisos son “infraviviendas” –como tildan desde la oposición–, la decana del Colegio de Arquitectos defiende que hacer esta apreciación atendiendo a las dimensiones “no es correcto”, ya que lo importante es cumplir los requisitos de habitabilidad. Así, precisa que el parque edificado de Málaga “es en su gran mayoría más antiguo de los años 80” y que “hay muchas viviendas que no se han rehabilitado y que no cumplen con las condiciones óptimas de habitabilidad”. “Si se atiende a los parámetros establecidos en la ley de superficie mínima, ventilación, iluminación... no tendrían por qué ser infraviviendas”, asegura.
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