Málaga

Ni la lluvia desluce el primer día del puente de la Constitución en Málaga

Decenas de transeúntes cruzando de Calle Larios a la plaza de la Marina.

Decenas de transeúntes cruzando de Calle Larios a la plaza de la Marina. / CARLOS GUERRERO

Encapotado y con chaparrones débiles pero continuados. Así ha permanecido el cielo en Málaga durante el festivo de la Constitución y el primer día del puente –pues el 8 se celebra la Inmaculada Concepción–. Pero, ni eso ha parado a las miles de personas que se han desplazado al centro de la capital, en su mayoría, para ver el mítico alumbrado de calle Larios. Paraguas en mano, capuchas puestas y móviles preparados, malagueños y turistas, bajo la pasarela de ángeles celestiales, han vislumbrado el espectáculo de luces y canturreado a coro los villancicos que lo acompañan. 

José aterrizó el pasado martes con gran parte de su familia en la capital malagueña desde Tenerife (Islas Canarias) y ya este jueves regresan . Nunca antes habían visto las luces navideñas de la ciudad. “Son preciosas”, exclamaba su madre; mientras, las gotas empañaban el móvil de uno de sus seres queridos, lo que no impedía que dejara de grabar, pues la lluvia no parecía molestar demasiado a los presentes, como a Inés y Paqui. Estas dos hermanas de un pueblecito de Córdoba llegaron ayer en un viaje organizado –que movilizó a unas 50 personas–. 

No cabe lugar a dudas que las Luces de Navidad en Málaga atraen cada año a más viajeros. “Esto es peor que en verano”, comentaba una pareja en calle Granada. Prueba de ello, las colas en cafeterías, restaurantes y otros establecimientos hosteleros; en las puertas de las administraciones de loterías, y en las paradas de los transportes públicos y los taxis. 

En Casa Aranda y Café Madrid, dos de los lugares más emblemáticos de la capital para tomar churros con chocolate, las filas no terminaban. Los camareros, no daban abasto. Corriendo de un lado al otro, recogiendo las tazas rebañadas y los platos con las migajas de las porras, aseguraban que no habían parado en toda la tarde. “Mucha gente, mucha gente”, coincidían. Al menos un centenar de personas, pasada la media tarde, intentaba regresar en Metro desde Atarazanas. Para hacerlo, tenían que esperar en la puerta de la estación, a la intemperie. La finalidad, evitar que se formaran aglomeraciones en los vagones. Un miembro de seguridad controlaba que el interior del suburbano quedara más despejado para dar paso a la siguiente tanda de pasajeros. Desconcertados, algunos preguntaban si había ocurrido algún accidente; otros, ya experimentados, aconsejaban a los que se desesperaban: “Sale más rentable irse al Perchel (en Vialia)”.

Un conductor de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT), encargada de las rutas de los autobuses urbanos, tras acabar su turno, ha asegurado que durante su jornada “el autobús ha circulado atestado de gente en todo momento”, teniendo que dejar incluso a algunos ciudadanos en la parada y que esperaran al siguiente porque no cabía un alfiler. En esta línea, ha considerado que se deberían ampliar los servicios durante estas fechas. “Se necesitan mas vehículos en la calle, la gente lo reclama”.

Los más arriesgados se han aventurado a acercarse al centro en su propio vehículo con la esperanza de poder dejarlo en alguna zona aledaña o en un parking. Alonso, natural de Jaén, se desplaza a la provincia malagueña asiduamente, pues tiene casa en Churriana y en La Carihuela (Torremolinos). Está acostumbrado al bullicio ya característico del centro de Málaga, donde cada vez más extranjeros pasean por sus calles. Pero lo de este miércoles lo definía como “agobiante”. En su caso, no ha tenido ningún problema para estacionar su turismo, pudo hacerlo en el aparcamiento ubicado en la Alameda Principal. Aunque ya pasadas las 20:00 era difícil encontrar alguna luz verde –que indican las plazas de estacionamiento libres–, no llegó a colgar el cartel de completo.

Igualmente caminaban por las céntricas calles de la capital los que han aprovechado para hacer compras porque no tenían que trabajar. Aunque la marabunta impedía moverse con cierta fluidez, obligando a pedir disculpas por un pisotón o empujón involuntario cada dos pasos, muchos se han ido de tiendas tras conocer que algunos establecimientos no descansaban, a pesar de ser festivo nacional. Los centros comerciales de la capital, en cambio, sí han bajado sus persianas, aunque solo durante este día. El resto del puente, todos ellos –sin excepción alguna e incluso el fin de semana– abrirán sus puertas en Málaga capital, así como otras localidades de la provincia.

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