Málaga C.F.

¿Es una ventaja jugar en La Rosaleda?

El Málaga celebra uno de sus goles en Murcia.

El Málaga celebra uno de sus goles en Murcia. / Carlos Guerrero

El Málaga ha cumplido ya 14 jornadas de competición en Primera RFEF, más de un tercio de Liga. Ha jugado siete partidos en casa y siete fuera. La sensación de que está compitiendo mejor y juega más cómodo lejos de La Rosaleda la refrendan los números. El equipo calca exactamente las cifras cuando compite en su campo y cuando lo hace lejos de él.

Si se ganaron los cuatro primeros partidos en La Rosaleda (Atlético de Madrid B, Recreativo Granada, San Fernando y Melilla), después se empataron dos (Córdoba y Real Madrid Castilla) y se perdió el último, ante el Alcoyano. Lejos de Martiricos, en cambio, hay más regularidad. Sólo se perdió en la jornada inaugural en Castellón, en el ya lejano mes de agosto. Después, de 18 puntos posibles se han rascado 14 gracias a cuatro victorias (Atlético Baleares, Linares, Antequera y Murcia) y dos empates (Huelva e Ibiza).

Si se va al caso de los goles, también es muy similar. De hecho, tras el empujón del 1-4 en Murcia, el balance es de 12-6 a domicilio y de  9-4 en La Rosaleda, donde sólo se han marcado cuatro tantos en los últimos cinco encuentros. Había que remontarse a más de cuatro años, a abril de 2019, para encontrar un partido a domicilio en el que el Málaga CF marcara cuatro goles en un partido. Fue precisamente en el debut de Víctor Sánchez del Amo ante el Alcorcón, con exhibición de Ontiveros.

No es un fenómeno exclusivo del Málaga este que ocurre con los equipos de arriba puntuando igual o más en casa que fuera. De hecho, de los cinco equipos que ocupan puesto de ascenso o play off, sólo el Castellón es mejor en Castalia que a domicilio. Sumó 21 puntos en casa y 13 fuera. El Ibiza tiene 17 a domicilio y 16 en Can Misses. El Córdoba, 13 en El Arcángel y 13 fuera. Y el Antequera, 11 en El Maulí y 13 lejos de El Torcal.

Hay un componente en cómo los rivales afrontan los partidos, exponen en casa que a domicilio. También hay mentales, la presión de ganar en casa aunque el Málaga debe ser ambicioso también fuera. Pero es una realidad que no sólo afecta al club de Martiricos. Contar con un mínimo de 20.000 espectadores soplando debe ser un impulso y La Rosaleda impone y empuja, pero también motiva hasta el extremo a los rivales, para los que es su Bernabéu o Camp Nou particular. Tampoco está solo en cada desplazamiento el equipo de Pellicer, con el malaguismo volcado.

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