La llegada de la ventana FIBA de selecciones altera la actividad competitiva en el Unicaja, que tiene siete jugadores, la mitad de la plantilla, convocados. Cinco estarán en Valencia, los cuatro españoles (Brizuela, Díaz, Alonso y Guerrero) más Mekel (Israel). Axel Bouteille juega en casa, en Pau (Francia), donde tiene partidos con Gran Bretaña y Alemania y Volodymir Gerun se desplaza a Ljubljana, donde juega con Eslovenia y Austria. A la vuelta tendrán que pasar los preceptivos PCR antes de ponerse a disposición de Casimiro, un laberinto logístico. 

Los otros siete seguirán en Málaga trabajando, aunque con un régimen distinto. El equipo descansa este lunes, martes y miércoles tendrán sesiones más de gimnasio e individualizadas en el pabellón y jueves y viernes se trabajará de manera más grupal, aunque tampoco hay mucho margen de efectivos. En anteriores ventanas se unió el trabajo con el del equipo junior, pero en esta coyuntura actual con la pandemia se prefiere mantener distancias. Así que se focalizará en el mantenimiento de la forma y en trabajar detalles específicos, con el descanso tras la tralla inicial. Sábado y domingo no habrá sesiones programadas.

El contratiempo de Jaime Fernández, que este lunes pasa pruebas para ver el alcance de la lesión en el adductor que probablemente se conocerán este martes, también deja un efectivo menos. Milosavljevic ya se irá integrando más tiempo con sus compañeros, está en el tramo final de la recuperación. Quedan Deon Thompson, Tim Abromaitis, Yannick Nzosa, Carlos Suárez y Adam Waczynski, que dejó de ir con Polonia después de ser el capitán por decisión del entrenador. Será con ellos con los que trabajen Luis Casimiro y su cuerpo técnico esta semana. Ya el lunes siguiente se jugará el último partido de la ventana y el miércoles se podrá empezar a trabajar con el grueso del grupo.