Encauzar la rabia

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Resaca El Unicaja intenta reponerse al revés final ante el PAO contra el Caja Laboral, habitual verdugo Lesiones Rowland está casi descartado, Freeland mejora y enfrente es baja Milko Bjelica y rescinde contrato Reggie Williams

Berni Rodríguez se seca el sudor durante el partido del jueves ante el Panathinaikos.
Berni Rodríguez se seca el sudor durante el partido del jueves ante el Panathinaikos.
José Manuel Olías / Málaga

26 de noviembre 2011 - 05:02

La revancha llega pronto, es lo bueno de esta secuencia de dos partidos en menos de 48 horas. Al límite de exigencia, sin tiempo para digerir el cuchillazo de Diamantidis, el Unicaja sale hoy otra vez al ruedo. Enfrente está su eterno espejo, habitual verdugo, el Caja Laboral. Los vascos también jugaron el jueves un partido durísimo, con prórroga y victoria, ante el Fenerbahce. Por ese lado, igualdad en la fatiga. Vayamos al terreno mental. La sensación tras el partido ante el Panathinaikos era bipolar como pocas veces. Había rabia y orgullo a partes iguales en el vestuario cajista. Pero el listón se sigue derribando cuando hay un gigante enfrente. Desde aquella primera derrota en el OAKA hasta la del jueves la aproximación ha sido notoria y evidente. Falta un centímetro. 48 horas después, el Caja Laboral ofrece esa oportunidad.

Juegan dos equipos de Euroliga, el tercero y el cuarto en la clasificación, el mismo lugar en la teoría previa. Y no hay televisión por medio. Entre los problemas logísticos porque el Carpena está tomado desde el domingo por la mañana por el Circo del Sol y la falta de cintura televisiva, se perderá un notable espectáculo que retransmitir. Teledeporte opta por la audiencia que garantiza el Madrid en su visita a Zaragoza.

Con la herida caliente por la derrota, aún se dan vueltas a lo que ocurrió en los últimos segundos. Haber parado antes con faltas, no dejar recibir a Diamantidis... En fin, es materia de análisis dentro del vestuario para situaciones análogas futuras y para las discusiones de barra de bar, como decía Scariolo. Pero, dentro del dolor, escuchar en el desayuno dos conversaciones paralelas en las que el Unicaja es protagonista reconforta. El equipo transmite y el Carpena se incendió por momentos el jueves.

La victoria ante el Panathinaikos era el pasaporte casi virtual para el Top 16 y la opción de pelear por la segunda plaza del grupo. La derrota recuerda que aún queda bastante faena por delante y que en Kaunas el miércoles hay otro partido de máximo nivel.

Pero hoy está en Málaga el Caja Laboral, partido de Liga Endesa. Earl Rowland sigue doliente, al menos el cuerpo técnico le daba ayer casi por descartado. No participó en la sesión vespertina porque su microrrotura en el psoas es traicionera. Al 90% no jugará. Berni está presto para llevar los galones y organizar el juego con Valters, más allá de que el letón a veces resulte indescifrable y cometa alguna locura aliñada con aciertos inesperados. Abrines no viajó con el Clínicas Rincón a Melilla y hoy estará de nuevo con el primer equipo. Sí se ejercitó ayer Freeland, que ante el Panathinaikos completó un mal partido, justificado en parte por sus molestias. "Hizo un gran esfuerzo por jugar", le protegía Mateo tras el partido ante el PAO.

Y si en el Unicaja hay lesiones, tampoco es ajeno el Caja Laboral al movimiento de bajas y del mercado. Milko Bjelica sufre un esguince de ligamento lateral interno en su rodilla derecha y estará un mes de baja. En su lugar viaja el joven serbio Dejan Musli. Bjelica era uno de los dos interiores en los que Ivanovic tenía confianza, junto a Teletovic. En Seraphin y Dorsey no confía demasiado. Además, el club vitoriano comunicó ayer la rescisión de contrato del escolta Reggie Williams, un NBA rebotado que ya había sido relevado por Goran Dragic.

Es el momento de calmar la rabia generada tras perder ante el Panathinaikos. Se trata de encauzarla y ver que enfrente está un equipo al que sólo se ha ganado una de las últimas 17 veces que estuvo delante. Demasiado poco.

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