El Real Madrid aplacó al Unicaja (65-82) y recordó el largo trecho por delante que le queda hasta construir un equipo. Neta superioridad blanca, cuya victoria en Antequera cerró la trilogía de este Trofeo Costa del Sol, revelado como un éxito en su segunda edición. Tres llenos en localidades de la provincia, buen ambiente y baloncesto de principios de temporada pero con retazos de calidad, sobre todo de un equipo blanco enorme que señaló carencias del Unicaja. Evidentes porque no ha habido tiempo para conjuntar un bloque aún. Y que serán importantes.

El poderío y el rodaje del Madrid, al que sólo le falta Jaycee Carroll más el teórico fichaje de un pívot (suplido por ahora por el prometedor e interesante Hernangómez, compañero de generación del Alberto Díaz), quedó claro desde el inicio. Una megafigura en Europa como Rudy a tiempo completo más los atisbos de progresos en la excelencia de Nikola Mirotic (24 puntos de media entre el viernes con la Cibona y ayer) multiplican opciones. El Unicaja opone entusiasmo, pero demuestra que los mecanismos en ambos lados de la pista son demasiado incipientes. Se mezclan las sensaciones, se alternan las buenas vibraciones con otras peores. Nada extraordinario en estas alturas de la temporada. Pero queda constancia de que crear un equipo desde la nada, por lo que se ha apostado en el Unicaja, costará su tiempo y habrá que ser pacientes, más todavía cuando faltan el entrenador y tres jugadores (Zoric, Simon y Vidal) que deben otorgar empaque al equipo.

Las mejores noticias en el Unicaja emanan en estos dos primeros partidos de Augusto Lima (10 puntos y cinco rebotes para 14 de valoración) y Txemi Urtasun, quizá los más continuos en sus rendimientos en Fuengirola y Antequera. También con Todorovic. El brasileño tendrá que combatir muy seriamente para tener minutos en este juego interior, pero la puerta está ahí para que la derribe. Él fue quien respondió al primer arreón blanco (6-16) con un parcial casi en primera persona, seis puntos, un par de rebotes y un impresionante tapón en carrera hacia atrás y contra tablero (15-16). Fue la última vez que el Unicaja tuteó al Madrid. Coincidió también con la salida de pista de Urtasun el despegue blanco posterior (19-30). El navarro ofrece cordura, rara vez toma decisiones malas. Es capaz de generar juego pero también finalizar. Dos veces encontró bien a Lima para que el brasileño, que también lució tiro de cinco-seis metros, culminara.

Al descanso dominaba el Madrid con claridad (28-43) tras un cuarto de atasco malagueño. El Unicaja rebotea bien en ataque, parece que por características de los jugadores será una constante. También la capacidad intimidatoria se adivina notable, por más que el estado físico de Perovic resulte precario aún y deba trabajar bastante en ese aspecto. Pero su corpulencia y movimientos ofensivos dejan alguna canasta fácil y la sensación de que sólo puede ir hacia arriba.

De nuevo coincidieron en pista minutos Calloway y Williams. El desarrollo de la temporada dirá quién tiene más protagonismo, pero la pelea resultará igualada. Williams lució ayer algo más de tiro (11 puntos, con Dragic el máximo anotador) y capacidad para creárselo sin mucha dificultad. El que peor rindió fue Gist, que busca más jugar de cara que de espaldas. Se espera más de él.

Hubo que esperar al inicio del tercer cuarto para ver una ráfaga luminosa de Dragic, con nueve puntos consecutivos de salida. Todos en penetración o jugando por línea de fondo. El tiro se ve que le cuesta afrontarlo, de momento no mete un triple. Otro que mostró buenas maneras es el serbio Todorovic. 18 años y una pinta fenomenal, en físico y en una mecánica de tiro fabulosa. La cabeza debe amueblarla, pero dicen quienes le han visto entrenar durante esta pretemporada que ha evolucionado en concentración y apenas hace tonterías.

En esa frontera de los 10 puntos de renta a favor del Madrid, cuyos fichajes Slaughter y Draper dejan la duda de si han elevado el nivel, se movió el resto del encuentro. Con un Unicaja en construcción, al principio de los primeros pilares, es difícil hacer juicios cuando apenas se llevan tres días de trabajo táctico. Pero la impresión en estos dos primeros encuentros es que las carencias y virtudes que se advertían al inicio cuando se remató la plantilla son similares a las que se constatan. Tiempo hay para trabajar, sobre todo con la llegada de Repesa para que pise el acelerador y se aumente la intensidad y calidad del trabajo.