Málaga C. F.

Un palo, un orgullo (0-0)

  • El Atlético Malagueño se deja el alma en La Rosaleda, pero es el Castellón el que pasa la eliminatoria. Hasta tres postes sumaron los de Ruano, que se llevaron una gran ovación.

El fútbol fue tremendamente cruel con el Atlético Malagueño. Los pupilos de Ruano demostraron una excelsa personalidad sobre el verde de La Rosaleda, empequeñeciendo a un histórico como el Castellón, que se limitó a defender el 2-1 de la ida. Los blanquiazules dominaron el encuentro a su antojo, golpeando hasta en tres ocasiones los postes de la portería de Campos, el mejor de los visitantes. Nada surtió efecto y, con lágrimas en los ojos, los jugadores del Malagueño abandonaron La Rosaleda conociendo que, una temporada más, jugarán en Tercera.

En una calurosa mañana, la hinchada blanquiazul elevó aún más la temperatura. Algo más de 7.000 aficionados llevaron en volandas a un Malagueño que no notó la presión ante una cita tan importante. Todo lo contrario. Fue el Castellón el que se atrincheró en su propio área esperando alguna acción en contraataque que nunca llegó. De hecho, las únicas ocasiones que se recuerdan a favor de los de Kiko Ramírez vinieron precedidas de malas acciones de Aarón, inseguro durante la primera mitad.

En esos 45 minutos iniciales fue Kuki el que merodeó con más tino el área castellonense. Un disparo suyo de zurda fue el primer aviso del Malagueño. La grada comenzó a apretar, alentando a un filial lanzado a por el 1-0. El paso de los minutos encumbró a Ontiveros, que hizo una y otra vez lo que quiso con su par. Por esa banda izquierda llegaron las mejores ocasiones blanquiazules. Entre medias Jesús pudo poner el 0-1, pero estuvo lento tras un fallo de Aarón. Ontiveros volvió a romper a su marcador, antes de chutar con maldad hacia la portería de un Campos que despejó como pudo. El rechace llegó hasta Luismi, que acomodó el balón para su izquierda y chutó al poste. Fue la mejor ocasión de una primera mitad que se fue al limbo demasiado rápido para el Malagueño.

El guión no cambió en la segunda mitad, sino que se acrecentó la superioridad de los locales. El Castellón dio un paso atrás definitivo dejando a Ebwelle, a la postre el hombre clave de la eliminatoria, buscando algún balón en profundidad. Jaime Moreno, batallador incansable, tuvo la primera en un buen remate cruzado que desvió Campos a saque de esquina. Montero, que tuvo que sustituir a Iván en la primera parte, demostró el guante que tiene en su pierna izquierda colocando una falta directa prácticamente en la escuadra. Sólo un extraordinario Campos despejó un balón con márchamo de gol. Luismi se encontró de nuevo con el palo castellonense.

Los visitantes se olvidaron de atacar la meta de un expectante Aarón, mientras que Ontiveros y un gran Montero se mostraban como las mayores armas ofensivas. El primero por su descaro, el segundo por su disparo lejano. Un intento del lateral desde más de 30 metros golpeó en el larguero cuando La Rosaleda ya se relamía pensando en la celebración. El reloj corría más de la cuenta y al Malagueño le entraron las prisas. A pesar de ello, primero Mauri y después Moreno, de chilena, tuvieron la oportunidad de colocar a su equipo en la siguiente ronda. No fue así. El pitido final dejó a los blanquiazules tumbados y exhaustos sobre el verde, lamentándose por una enorme oportunidad perdida. Pese a ello, la gran ovación del público fue un más que merecido premio a un Malagueño que se dejó cuanto tuvo en el campo.

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