El chiringuito de Málaga sobre la misma arena de la playa que vuelve loco a los expertos: "Cocina tradicional mediterránea con el mar por bandera"

La Milla Marbella: espetos, arroces marineros y alta cocina con un Sol Repsol a pie de playa

Una carta basada en el producto del mar, con guiños creativos que respetan la tradición andaluza

El chiringuito a pie de playa favorito de los cocineros está en Málaga

El chiringuito La Milla Marbella. / lamillamarbella.com

A orillas de la playa de Nagüeles, entre los emblemáticos hoteles Marbella Club y Puente Romano, se encuentra uno de los rincones más codiciados de la alta cocina malagueña: La Milla Marbella. Nacido en 2015 de la mano de LuismiMenor y César Morales, este establecimiento ha sabido conjugar la tradición del chiringuito andaluz con una propuesta gastronómica de primer nivel, que le ha valido un Sol Repsol y una recomendación en la prestigiosa Guía Michelin. Aunque el término “chiringuito” pueda evocar un concepto más modesto, La Milla se presenta como una reinvención del mismo. Aquí, la cocina mediterránea se expresa con elegancia y rigor, sin perder el vínculo con el mar ni con las raíces gastronómicas andaluzas.

La propuesta de LaMilla gira en torno al producto fresco y de proximidad. Como dice la propia Guía Michein en su recomendación, se trata de un lugar que guarda toda la esencia de la "cocina tradicional mediterránea" y "que tiene los productos del mar por bandera, siempre de máxima calidad y sabiendo dar los toques modernos justos para que no se pierdan los sabores andaluces". El chiringuito-restaurante ofrece pescados y mariscos procedentes de las costas de Cádiz, Tarifa, Málaga, Granada o Almería, los cuales llegan cada día a sus fogones para ser tratados con el máximo respeto. El objetivo es claro: realzar la esencia de cada ingrediente sin enmascararlo. Así lo demuestra la carta, que cambia en función de lo que ofrece el mar, con platos que mantienen la frescura como premisa fundamental.

Entre las elaboraciones más destacadas, brillan con luz propia los espetos. Desde la clásica sardina, hasta otros menos habituales como los de lubina, dorada, calamar o incluso rodaballo, todos ellos cocinados al carbón siguiendo la tradición malagueña. También destacan sus cazuelas de mejillones al vapor, las almejas al ajillo con vino de Jerez, el bogavante frito y el gazpacho con salpicón de centollo.

Bocados creativos que no renuncian a la raíz

Uno de los aspectos más celebrados de LaMilla es su capacidad para innovar desde el respeto al producto. Sus brioches son prueba de ello: pequeñas obras de arte en forma de pan tostado con rellenos tan sorprendentes como gamba blanca y limón, anchoa de Santoña con queso Payoyo o tartar de atún con chocolate blanco y lima rallada.

Otro ejemplo es su célebre banderilladecarabinero, que combina la cabeza a la brasa con el cuerpo encurtido y ensartado con una piparra, una suerte de reinterpretación marina de la tradicional gilda. Tampoco falta la excelencia en la fritura: croquetas de gamba blanca, puntillitas con huevo y caviar o gallineta frita servida para comer en hoja de lechuga, como si de un saam tailandés se tratase.

Los arroces: tradición y sofisticación

La sección de arroces es otro de los grandes atractivos del restaurante. Con cinco propuestas habituales, entre ellas el arroz seco de ibéricos, el ibérico con gamba roja, el negro de dorada o el meloso de carabinero, LaMilla ofrece versiones marineras y carnívoras con fondos potentes y una cocción siempre impecable. Mención aparte merece el arroz de lomo bajo de angus, que suma el carácter del mar y la montaña en un equilibrio exquisito. Para la Guía Michelin fue diferencial el arroz meloso con carabinero.

Un postre con sabor a infancia y una bodega de excepción

La experiencia culmina con una reinterpretación del clásico limón helado de los años ochenta. Lejos de la versión tradicional, aquí se presenta como un postre goloso, refrescante y nostálgico a partes iguales, con crema de limón como base.

La carta de vinos es otro de los pilares del restaurante. Más de 900 referencias componen una bodega que abarca desde etiquetas locales hasta champagnes internacionales. Entre ellas destacan nombres como Jacques Lassaigne, Raúl Pérez, Ramiro Ibáñez o el brut nature de Cloe, procedente de Ronda. Una selección cuidada y extensa que refuerza el carácter gastronómico de este chiringuito tan destacado de la provincia de Málaga.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último