¿Recuerdan cuando en artículos anteriores hablábamos de cómo el metaverso no había desaparecido, sino que se había transformado según la demanda que había ido recibiendo? Pues son los sectores profesionales, como la industria, la arquitectura o la educación, los que más fuerte están apostando por la creación de espacios inmersivos con el fin de poder optimizar los recursos y generar sinergias con los especialistas de todo el planeta, permitiendo de esta forma una mayor flexibilidad y eficiencia en la forma de trabajar, así como en la formación y capacitación de sus profesionales. Sin duda alguna la medicina es uno de los sectores que ha sabido aprovechar estas nuevas tecnologías desde hace tiempo y mejorar toda clase de métodos diagnósticos y de tratamiento.

Una muestra ejemplar de esto la tendremos los días 4 y 5 de mayo de 2023 en el congreso “Breast Cancer Metaverse”, coorganizado por la Fundación Champalimaud y por la Asociación de Cirujanos de Mama, AECIMA de la mano de su presidente el cirujano Rogelio de Andrés-Luna. Este evento se celebrará en el auditorio de la Fundación Champalimaud en un marco incomparable a las orillas del río Tajo, en la ciudad de Lisboa. En él participarán grandes expertos médicos en la materia como F. Cardoso, , H. Kuerer, D. Macmillan, S. McCulley, M. J. Cardoso, P. Poortmans o I. Rubio, entre muchos otros, exponiendo los últimos avances en oncología mamaria y cómo tecnologías como la inteligencia artificial, la realidad virtual o la realidad aumentada pueden mejorar el tratamiento y diagnóstico del cáncer de mama. También incluirá cirugía en directo, workshops, presentación de trabajos y un showroom con avances como gafas de realidad virtual y aumentada aplicados a la cirugía mamaria. Quantum Babylon junto a destacadas entidades de distintos campos darán soporte tecnológico al evento.

Dentro del congreso podremos ver una demostración de cómo los entornos virtuales y avanzadas técnicas en tratamientos o cirugía, tienen la capacidad para mejorar la calidad de la atención sanitaria o reducir así los riesgos asociados con la formación en situaciones reales. Por otro lado, se podrá ver como estos entornos pueden servir para conferencias o telemedicina, lo que permite a los médicos y pacientes conectarse a distancia para consultas y seguimiento de tratamiento, lo que es especialmente útil para pacientes que viven en áreas remotas o para la atención de pacientes con enfermedades crónicas que requieren seguimiento regular. También veremos cómo tecnologías como la realidad virtual, aumentada o la robótica, donde hablará la cirujana Giada Pozzi. Veremos cómo ayudan a la formación, la planificación y la asistencia en las intervenciones, mejorando la precisión, la efectividad y la recuperación de los tratamientos.

¿Y cómo se aplican estas tecnologías? Lo cierto es que se abre todo un abanico de posibilidades, incluso algunas futuras que a día de hoy nuestra mente tan siquiera puede imaginar. Los entornos virtuales permite a los cirujanos practicar los procedimientos quirúrgicos de manera simulada antes de llevarlos a cabo en una paciente real. Esto puede ayudar a reducir el tiempo de la cirugía real y minimizar los riesgos asociados.

Por otro lado, la realidad aumentada también puede ser de gran ayuda para los cirujanos como así atestigua el trabajo del cirujano Pedro Gouveia, al permitirles visualizar información en tiempo real durante la cirugía. Por ejemplo, ver los parámetros del estado del paciente o las pruebas radiológicas sin levantar la vista o las manos de la operación o superponer hologramas de la mama y los tumores en el campo de visión del cirujano, lo que puede ayudar a identificar con mayor precisión la ubicación de los tumores y minimizar el daño a los tejidos sanos de alrededor.

La cirugía conservadora y de precisión de mama no solo tiene beneficios físicos como una recuperación más rápida y menos dolor, sino también grandes beneficios psicológicos para la paciente. Al intentar conservar el máximo tejido mamario sano, la paciente puede sentirse más segura y cómoda con su imagen corporal y su sexualidad después de la cirugía, lo que reduce la ansiedad y mejora la calidad de vida a largo plazo.

Hablando de beneficios psicológicos para el bienestar del paciente, el cirujano David Pinto presentará un ensayo que junto a el cirujano Rogelio de Andrés-Luna, la psico-oncologa Luzia Travado y los neurocientíficos Scott Rennie y Razvan Sandru, buscará, gracias a la meditación guiada en un entorno de realidad virtual, basado en la aplicación FLOW desarrollada por el equipo de Tristan Gribbin en Islandia para reducir la ansiedad en pacientes con cáncer de mama a punto de ser operadas.

Tampoco podía faltar el nuevo “juguete” que se ha puesto de moda desde principios de año: la Inteligencia Artificial. Los algoritmos de IA pueden analizar grandes cantidades de información de pacientes y diseñar tratamientos personalizados, identificar patrones y tendencias en los datos que los médicos o radiólogos podrían pasar por alto, mejorar el diagnóstico y prevenir la propagación del cáncer. Las IA pueden analizar imágenes médicas como rayos X, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas para identificar patrones y anomalías en los tejidos, y entrenarlas para identificar características específicas de los tumores, como la forma, el tamaño, la textura y la densidad, lo que aumenta las posibilidades de éxito en el tratamiento. La tecnología de IA también puede clasificar los tumores según su gravedad y predecir la respuesta del tumor a diferentes tratamientos, permitiendo a los médicos diseñar tratamientos personalizados y adaptar los planes de tratamiento según las necesidades individuales de cada paciente.

La Fundación Champalimaud es pionera en la utilización de todas estas tecnologías. Se trata de una de las organizaciones más destacadas en el campo de la investigación científica y médica. La comunidad científica internacional ha reconocido su trabajo en áreas como la neurociencia, el cáncer o la visión, entre otros. Esta fundación cuenta con un centro pionero y altamente innovador donde no solo se busca mejorar la calidad de vida de las personas que padecen estas enfermedades, sino que también tiene un fuerte compromiso con la educación y la divulgación científica. Además, ha logrado importantes avances en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama a través de la identificación de biomarcadores, las terapias personalizadas, el uso de la inteligencia artificial y la medicina de precisión, con la intención de ayudar a detectar el cáncer en sus primeras etapas, mejorar la efectividad de los tratamientos y proporcionar un diagnóstico más preciso.

La Fundación cuenta además con un propósito muy icónico y personal, el Proyecto Cinderella. Se ha erigido con la firme decisión de incrementar la calidad de vida de las mujeres que, desafortunadamente, se han visto en la situación de recibir el diagnóstico de cáncer de mama. Y os preguntaréis ¿Por qué ese nombre? ¿Hace referencia al cuento clásico de tradición oral versionada por eruditos como los hermanos Grimm, Charles Perrault y hasta el largometraje animado de Disney de 1950? La respuesta es “sí” y es que, como en la misma web explican, “el nombre "Cinderella" fue elegido para este proyecto porque hace referencia a la historia de la princesa que encontró su zapato de cristal perdido. De la misma manera, el Proyecto Cinderella busca encontrar soluciones para mejorar la calidad de vida de las mujeres que han perdido su autoestima y confianza debido al diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama.”