Málaga

Crecer con Futuro busca en Málaga familias que compartan tiempo con menores de centros de protección

Una familia colaboradora en un paseo por el campo.

Una familia colaboradora en un paseo por el campo. / M. G.

Hay muchas formas de ser útil a la sociedad, pero puede que entre las más importantes estén aquellas acciones vinculadas al bienestar de la infancia. La ONG Crecer con Futuro lleva dos décadas trabajando en este sentido y, además de sus proyectos de cooperación en Paraguay, su principal compromiso en Andalucía es proveer de familias colaboradoras a los centros de protección de menores. El objetivo es que los niños y jóvenes que viven en una institución puedan pasar tiempo en un hogar los fines de semana y el periodo vacacional. En Málaga, 57 menores buscan una familia con la que compartir parte de sus vidas. 

Gema Carrasco es la coordinadora del Programa de Familias Colaboradoras de Crecer con Futuro y explica que trabajan con niños y niñas en situación de desamparo y que viven en centros de menores. En Andalucía son 2.300 menores y en Málaga, 360. En la provincia malagueña ya son 23 las familias que están colaborando con niños y adolescentes institucionalizados. 

"Los menores entran en estos centros de protección y ahí se cubren sus necesidades básicas, a nivel material, pero hay otras emocionales y afectivas, intangibles, que las instituciones no tienen la posibilidad de cubrirlas", considera Carrasco. Estos jóvenes, como destaca la coordinadora del programa, tienen "una herida de abandono por parte de su familia que sus cuidadores en los centros, que no dejan de ser profesionales que están con ellos porque es su trabajo, no pueden sanar", apunta. Más aún, cuando son la cara visible de la administración, esa que ellos consideran responsable de haberlos apartado de sus familias biológicas. "Les cuesta mucho crear ese vínculo con ellos", subraya Carrasco.

Y si se crían sin otros referentes más allá de esa casa, normalmente desestructurada y nociva, de la que proceden, solo podrán repetir en el futuro el mismo modelo. De esta forma, la espiral continúa. "Si no les ofrecemos otro contexto familiar distinto al que han vivido van a emular ese patrón, así que la manera que encontramos de compensar esas dificultades es el Programa de Familias Colaboradoras", agrega. 

Este programa consiste, como señala la responsable de Crecer con Futuro, en hacer visible esta realidad para que las personas sensibilizadas con ella se comprometan a compartir periodos de vacaciones y fines de semana con niños y niñas que viven en este centro, en una institución.

"Se pretende que se cree un vínculo con una familia, que se sientan especiales, que vean que son importantes para alguien, alguien que los felicite en sus cumpleaños, que les pregunten por el examen y que cuenten con su opinión para elegir un sitio al que ir el domingo, lo que consideramos lógico en una familia normalizada, una dinámica que repara, que sana, que cuida, que sabe querer bien, que protege", dice Carrasco, que también indica que se trata de "un programa muy flexible, no hay una estructura cerrada de colaboración".

Cómo convertirse en una familia colaboradora

La información y sensibilización son los primeros pasos del programa. Luego realizan una entrevista con los solicitantes para ver las expectativas y la motivación, por qué quieren dar este paso y qué ofrecen. La formación, que es obligatoria por ley, es el siguiente peldaño, aunque suelen ser tan solo dos sesiones y se adaptan a la disponibilidad de los participantes.

Cartel de la campaña de Crecer con Futuro. Cartel de la campaña de Crecer con Futuro.

Cartel de la campaña de Crecer con Futuro.

"Después los acompañamos a rellenar el documento de ofrecimiento en el Servicio de Protección de Menores y en él se incluirá el tiempo que están dispuestos a ofrecer, el perfil con el que se pueden sentir más cómodos, margen de edad, si están dispuestos a colaborar con menores con discapacidad, grupos de hermanos, extranjeros… Cada uno plantea a lo que se ofrece", comenta la coordinadora del programa en Crecer con Futuro. 

Estos datos se casan con los que tiene el Servicio de Protección de Menores sobre los chicos que quieren participar libremente en este programa y se intenta unir los perfiles más compatibles. "Se trata de adolescentes de 13, 14, 15 y 16 años, edades en las que la mayoría no quiere estar con adultos, que se están planteando formar parte de una colaboración porque tienen esa carencia, porque echan en falta formar parte de una familia", subraya Carrasco. 

La ONG es también la responsable de hacer la valoración de la familia, de realizar entrevistas con una psicóloga y una trabajadora social, de conocer la casa, el espacio donde va a estar el menor. "Si hay informe favorable empiezan los contactos, primero en el centro de protección, luego fuera con la presencia de un educador, posteriormente avanzan a estar con ellos ratos sin pasar la noche hasta que ya pasan el fin de semana juntos", dice la coordinadora del programa y añade que la labor de la ONG es acompañar a la familia, ofrecer ayuda y programar actividades y convivencias que sirvan de apoyo a esta labor no siempre fácil. 

El compromiso de las familias, la clave del programa

"Se trabaja mucho con las familias el tema del compromiso y si se detectan muchos factores de riesgo en la colaboración les pedimos que no sigan con el ofrecimiento, todos en la unidad familiar tiene que tener la misma motivación y el mismo compromiso, así que hay familias a las que le decimos que no, porque para nosotros los niños son lo primero, que puedan crecer en un entorno reparador, sano, estable, lo importante son ellos", afirma. 

Tampoco hace falta un desembolso económico significativo para participar. "Solo tienen que asumir los gastos del tiempo que pasen con el menor, comer, ir al cine, no se necesita nada más, nada extraordinario, lo extraordinario que necesitan es estar en familia, necesitan entornos y contextos familiares en los que se sientan queridos y protegidos, ni más ni menos", señala. Algunos menores necesitan una figura materna, o paterna, o ambas, o iguales con los que entablar una relación fraternal, la casuística es muy diversa.

"Tenemos que dar respuesta a la infancia, que es nuestra, de todos, y no solo de los padres", demanda la responsable de la ONG. "Solo habrá una solución si la gente da un paso al frente y comparte su tiempo, su espacio, su familia con una persona que se está construyendo a sí mismo con muchas dificultades porque no tiene referentes, por eso apelamos al compromiso social, nos toca a nosotros porque sus padres no pueden hacerlo", indica. 

El próximo 12 de diciembre a las 11:00 y a las 17:00 se van a realizar cafés informativos virtuales por zoom para explicar el programa. Los interesados también pueden consultar toda la información sobre Tú y yo juntos los findes en www.crecerconfuturo.org

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios