Monumentos de flores y color

RONDA

Salvando las evidentes distancias, el casco histórico de Ronda comienza a parecerse al admirado conjunto histórico de Córdoba por aquello de su atractivo floral que realza el esplendor monumental. En estos días, un tranquilo paseo por sus empedradas callejuelas deja ver un espectáculo de color colgando de sus ventanas, balcones y paredes. Algunos de ellos con una larga tradición en el exorno floral, mientras otros que se han ido sumando a una vieja tradición que había caído en el olvido y que parece volver con fuerza a uno de los conjuntos monumentales más visitados de Andalucía. Además, a ello se une la belleza de algunos de los forjados que acogen a flores y maceteros de barro, como no podía ser de otra manera.

Son mayoría las ventanas que tienen adornos en tipo de flor. Muchos de ellos con colores fuertes que destacan sobre el negro de la reja y el típico blanco de las paredes, jugando en algunas ocasiones al escondite entre las caprichosas sombras que dejan las fachas que siguen caprichosas formas, casi nunca rectas, lo que viene a añadir un ingrediente más a su atractivo natural. Las fachadas de las casas señoriales están adornadas con los tradicionales claveles, de las paredes cuelgan algunas de las especies autóctonas como romero, y los palacetes se realzan con patios que tienen un colorido que viene a realzar su belleza arquitectónica. En ellos los geranios son la planta predominante en balcones y ventanas.

Además, en algunos de los edificios de titularidad municipal también se han sumado a la costumbre, dejando imágenes realmente sorprendentes en algunos de ellos, como es el caso del Palacio de Mondragón, que acoge la sede del museo municipal de la ciudad del Tajo.

La rutas por las calles de casco histórico de Ronda nos llevan de sorpresa en sorpresa. En cada rincón, en el recoveco más inesperado, un balcón rondeño deslumbra al visitante. De este modo, los conocidos monumentos de la ciudad tienen un nuevo rival, que parecía estar dormido, pero que despierta con la llegada de la naturaleza y la apuesta de los residentes por embellecer sus fachas. Ahora, piedra, hierro y naturaleza conforman una nueva imagen en Ronda, mucho más humanizada y con abundancia de color.