Málaga

El campo malagueño pierde 153 millones y vuelve a niveles de 2015

  • La facturación cierra con 733.010 millones de euros, un 8,8% menos respecto al año anterior

  • Los datos llegan después de un 2018 que rozó cifras récord e influenciados por una caída de precios generalizada

Producción de aceituna.

Producción de aceituna. / JAVIER ALBIÑANA (Málaga)

Tras cerrar 2018 con la segunda mejor facturación de la historia, después de 2016, los agricultores malagueños han visto descender sus ingresos hasta alcanzar los 733.010 millones de euros, colocándose de nuevo en índices similares a los de los años 2015 y 2017. Este dato supone una bajada de 8,8 puntos porcentuales respecto al anterior periodo y se justifica, de forma generalizada, por el descenso en los precios de la mayoría de los productos. 

"No son malas cifras. Tras un año récord es normal, pero hay que prestar especial atención a los motivos y a la tendencia que pueden marcar", ha apuntado Baldomero Bellido, presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) en Málaga, en la presentación del balance anual de la entidad. En paralelo a los resultados, Bellido ha reivindicado una PAC "fuerte y duradera en el tiempo" que garantice las rentas de los agricultores y mejoras en las infraestructuras hidráulicas para conectar las zonas más lluviosas con las que menos. 

Por sectores y en líneas generales, la producción agrícola ha caído un 11,74% hasta alcanzar una facturación de 613.320 millones de euros. Por su parte, la ganadería los ingresos han crecido un 9,93% hasta los 111.690 millones gracias al porcino blanco y a la leche de cabra.

Agricultura

El olivar sigue siendo el cultivo mayoritario de la provincia con más de 130.000 hectáreas y una facturación de 224.770 millones de euros. En 2019 se ha alcanzado la segunda mayor producción de aceite de la década, pero los precios no han acompañado y la facturación se ha cerrado con 197.450 millones. Lo mismo ocurre con la aceituna de mesa, que pese a que ha alcanzado cifras récord en producción, el lastre de los aranceles a la aceituna negra por parte del gobierno de Estados Unidos ha provocado un descenso de la facturación de un 29%. En opinión de Bellido, la amenaza de estos tipos impositivos, también a la aceituna verde, podría afectar negativamente en 2020.

El sector tropical también ha sido golpeado por la caída de precios y ha visto descender su facturación un 11,5% hasta los 137.630 millones de euros. La campaña de aguacate se ha desarrollado sin problemas, según el técnico de Asaja Benjamín Faulí, aunque su facturación ha disminuido un 10%. Esto se explica porque, a pesar de que la facturación ha sido similar, los precios han sido más bajos, aunque sin dejar de ser aceptables. Este es el producto con mayor facturación en el balance agrario, seguido del mango, que ha reducido su producción pero incrementado levemente el precio. 

Las bajadas también se han dejado notar en los productos hortícolas y tubérculos cuya facturación ha sido de 149.580 millones, un nivel no visto en los últimos 10 años. Estas cifras vienen promovidas por una disminución de los precios en los productos con mayor peso, como el tomate, debido a la competencia de terceros países como Marruecos y el aumento de la producción en Europa, en Países Bajos, Francia o Bélgica. Como representación de este descenso, Asaja señala la reducción en la superficie dedicada a la producción de este cultivo, que ha pasado de 110.000 hectáreas a cerca de 50.000 en una década. Productos como el pimiento, la alcachofa o la judía verde también siguen esta línea. 

Los cítricos malagueños, concentrados en el Valle del Guadalhorce, han facturado 51.04 millones, un 25% menos que el año anterior, aunque desde la asociación apuntan a que podría haber sido peor. El retraso en la maduración de los frutos, presencia de calibres bajos, falta de demanda o la competencia de Sudáfrica o Egipto "han arrastrado a esta campaña tan pobre". El producto más golpeado ha sido la naranja, con un descenso de facturación de un 34,8%.

En cuanto a los frutos secos, Asaja apunta a dos tendencias diferenciadas. Mientras que el almendro ha remontado levemente la tendencia a la baja, con precios estables y una producción superior que ha provocado un incremento de la facturación de un 10%, los datos de la castaña han sido un "desastre sin paliativos". De las 2.500 toneladas producidas, se han quedado sin recoger unas 700 por mala calidad, debido a la sequía, los problemas derivados de la avispilla del castaño y los precios. La facturación ha bajado un 67% respecto a 2018, pasando de 5.920 millones a 1.700. 

El viñedo, por su parte, sigue en niveles bajos de facturación, pero mantiene una línea estable sobre todo en la uva destinada a vinificación, a diferencia de la pasa. 

Los cultivos herbáceos han descendido su facturación un 25,6%, quedando aún "muy lejos" de los niveles óptimos de rentabilidad para el agricultor. Para sofocar este problema, desde Asaja apuntan a la importancia de la PAC como garantía para que se mantengan las rentas de los agricultores. Según Bellido, muchos de ellos, debido a los bajos precios del cereal, están apostando por otros cultivos, como el olivar. 

Ganadería

Los números positivos provienen de la ganadería, que ha mejorado sus resultado gracias a la peste porcina que ha sacudido a países como China, favoreciendo así el sector porcino blanco, que ha experimentado un aumento de un 24%. También la facturación del porcino ibérico ha subido, aunque con cifras más modestas (un 12,7%).

La leche de cabra ha incrementado su facturación un 7% mientras que la carne de chivo continúa con un descenso (4%) que ha provocado la facturación más baja desde 2002.

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