Málaga

Tres de cada diez niños viven en España por debajo del umbral de la pobreza

  • Un estudio del Observatorio Social de la Caixa advierte de que las cifras son superiores a 2008

  • Crecen en un 35% en hogares con un solo empleo

Un niño juega con una rueda.

Un niño juega con una rueda.

Delante de las niñas, Vanessa y su marido nunca hablan de dinero. Pero cuando las pequeñas de 7 y 3 años se van a la cama plantean las mil cabriolas que tienen que hacer para llegar a fin de mes con poco más de 800 euros. Viven en Martiricos y pagan un alquiler de 348 euros. Después de quitar de la cuenta los recibos de la luz, el agua y el teléfono, tener para comer se asemeja al milagro de los panes y los peces.

Ambos sin estudios, trabajan en una empresa de limpieza. Él, media jornada. Ella, cinco horas semanales. Para esta familia su realidad está anclada en una falta de recursos económicos que solventa con la mayor dignidad posible. Como sus hijas, tres de cada diez menores en España viven bajo el umbral de la pobreza, una cifra superior a la de antes de la crisis.

El informe Objetivo: paliar la pobreza infantil del Observatorio Social de La Caixa destaca que España tiene una de las tasas de pobreza infantil más alta de Europa y que si en 2008 el riesgo en menores que vivían en hogares con un solo empleo era del 35%, en 2018 esa cifra ha crecido hasta el 48%. Indica el estudio, además, que las ayudas a los menores son “tres veces más eficaces que las condicionadas a la renta familiar”. A pesar de ello, España es uno de los cinco países europeos que menos ayudas destina a la infancia.

Vanessa está en el programa Caixa Proinfancia en la Asociación Arrabal-AID. Y sus pequeñas forman parte del plan de Solidaridad y Garantías Alimentarias de la Junta de Andalucía, por lo que almuerzan y meriendan en el colegio sin coste alguno. “Menos mal que tenemos esto, es lo que nos salva”, comenta y subraya que también les ayudan con la logopedia y el refuerzo educativo para la mayor.

“Este año y el pasado me han dado 100 euros para ropa a comienzos de curso”, agrega. Suelen pedir adelantos el día 15 y a su hija le ingresan 153 euros a final de mes porque tiene un 48% de discapacidad reconocida. Con eso, y sin invertir ni un euro en ocio, consiguen tirar hacia adelante.

Elena Bárcena, profesora titular de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga, ha sido una de las participantes en el estudio de la Caixa. La investigación es fruto de una tesis doctoral de Carmen Blanco, codirigida por ella y el profesor Salvador Pérez sobre bienestar infantil y pobreza en Europa.

La expansión económica, insuficiente para combatir el problema

“Los niveles no han bajado a los que existían antes de la crisis, la expansión económica actual no está siendo suficiente para combatir este problema, por lo que vemos que no es algo coyuntural, sino estructural”, indica la profesora de la UMA. “Por más que haya bonanza económica la pobreza infantil es bastante alta”, agrega.

La profesora de Economía Aplicada de la UMA, Elena Bárcena. La profesora de Economía Aplicada de la UMA, Elena Bárcena.

La profesora de Economía Aplicada de la UMA, Elena Bárcena. / Javier Albiñana (Málaga)

“Pobreza significa no poder llevar un nivel de vida similar al de tu entorno y lo que estamos viendo es que estos niños se están quedando atrás”, subraya Bárcena y señala que en España el umbral de la pobreza está en percibir menos de 8.871 euros disponibles al año por miembro equivalente y 18.629 euros al año para una familia de dos adultos y dos niños menores de 14 años.

La incidencia de la pobreza en la familia monoparental es muy grande, según explica Bárcena. Si la cabeza de familia y el único sueldo que entra en casa es el de la madre, que suele tener trabajos más precarios a causa de la conciliación, la relación con la escasez económica suele ser bastante directa.

El factor endógeno 

“También la baja intensidad laboral, que no cuenta para las cifras del paro, pero que suponen incorporaciones a media jornada, con bajo sueldo, con condiciones precarias que les dificulta mucho la situación”, añade la profesora.

“Hay cierta factor endógeno, si naces pobre es difícil salir, si no sales es difícil que tengas una buena educación, que tu trabajo sea bueno, etcétera”, afirma Bárcena. Y considera que “en lo que más hay que incidir es en la vulnerabilidad que tienen estos niños, es una etapa en la que se están desarrollando y si están criados en una situación de estrés van a sufrir la inseguridad que existe en el hogar, que hace que se tomen decisiones que quizás no sean las convenientes y eso va a afectar al niño y su futuro”.

Y si ellos no salen, como indica la experta, puede que sus hijos tampoco, haciendo que el círculo sea infinito. Por eso cree que “invertir en la infancia es ahorrar en el futuro evitando problemas a medio y largo plazo”.

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