La tradición de un siglo
La procesión del Sagrado Corazón congregó a numeroso público en las calles del centro en el centenario de su salida

Cien años bien valen el título de tradición, especialmente en el mundo cofrade. La tarde de ayer acogía el centenario de la primera salida procesional del Sagrado Corazón, devoción extendida desde el siglo XIX y que el jesuita Tiburcio Arnáiz -cuya estatua contempla las obras del Metro en su avance hacia la Alameda- rescató para la ciudad de Málaga en el año 1915.
Con esta premisa, a las siete de la tarde partía desde la iglesia de San Ignacio el cortejo procesional, corto y con cirios de pequeño tamaño. El trono abandonaba el templo a los sones del Himno Nacional y la marcha Triunfal que interpretaba magistralmente la banda de Cruz del Humilladero. A la salida del templo, la imagen recibió una petalada desde la galería de la fachada neogótica de la iglesia, el cariño del público en forma de aplauso y el flash de las fotos de algunos turistas maravillados con la escena.
El trono, adornado con piñas de claveles rojos y espigas en las ánforas y cuatro racimos de uvas en las esquinas coronados por la bandera nacional, avanzó por calle Salvago para desembocar en calle Nueva con un ritmo ligero. En su llegada a la iglesia de la Encarnación, sita dicha vía, recibió una ofrenda floral de la comunidad Teresiana, mientras continuaba su caminar a paso lento, mientras público y portadores cantaban el Pescador de Hombres como himno litúrgico por excelencia del desfile procesional.
La cruz parroquial enfiló calle Sagasta desde la plaza de Félix Sáenz para dirigir a todo el cortejo hasta el convento de las Hermanas de la Cruz, que desde hace unos años reciben la visita de la imagen del Sagrado Corazón. Cien años después de su primera salida, el espíritu jesuita sigue impregnando una procesión convertida en tradición popular para la Málaga del siglo XXI.
También te puede interesar
Lo último

Tribuna Económica
Fernando Faces
La independencia del Banco de España, cuestionada
El parqué
Jornada de consolidación
La tribuna
¿Otra maldición de Moctezuma?

En tránsito
Eduardo Jordá
Viva la bondad, hermanos
Contenido ofrecido por Leti Pharma