Unicaja

Jaime y el arte del pase

  • Tras la lesión de Alberto, anda cerca de duplicar su media de asistencias con 42 en los últimos cinco partidos

  • Oposita a hacerse con un hueco para el Mundial de China

Jaime Fernández intenta anotar en un partido de esta temporada.

Jaime Fernández intenta anotar en un partido de esta temporada. / Javier Albiñana

Son días de vino y rosas en el Unicaja. El equipo sigue apilando triunfos en un inicio sin parangón en el club de Los Guindos. El cuadro de Casimiro marcha por la vía y esquiva los cepos competitivos con plausible facilidad. La bonanza colectiva también es individual, una consecuencia lógica. Las victorias tienen muchos padres y uno de ellos es Jaime Fernández, que agigante su figura en Málaga.

El madrileño es una de las principales armas de los cajistas. Un jugador que creció en protagonismo tras la lesión de Alberto Díaz, que ve cerca su vuelta tras el parón, que obligó a una reestructuración de roles momentánea. Cogió trascendencia el escolta, al que el técnico le dio los galones del uno. Comparte liderazgo en la manija con Roberts, mientras el resto de jugadores perimetrales también dieron un paso adelante. Salin y Milosavljevic son los casos más evidentes.

Como parece lógico, los promedios de asistencias de Jaime ascendieron. Un crecimiento, no obstante, altamente significativo. Es una faceta que explota cuando juega de escolta, la mayoría con más capacidad para finalizar, y que le da un plus. Pasó de ofrecer 3.2 pases de canasta por partido a 6.6. Una diferencia algo menor que lo que promediaba el base malagueño (3.57) hasta su lesión en Montenegro.

Una progresión que alcanzó su cenit en los últimos cinco compromisos, donde rondó los dobles dígitos en varias ocasiones. Tanto que los guarismos ascienden a 8.4 asistencias. Los sobrepasó en Burgos, donde repartió 11 canastas, el tope de su carrera. En esta faceta marcha tercero en la ACB –tras Laprovittola y Renfroe– y décimo en la Eurocup. Un Jaime que no solo marca diferencias finalizando a canasta.

También es un pilar para Scariolo, que volvió a tirar de él para unas ventanas de noviembre donde España debe sellar el pase al Mundial de China de 2019. Capital para el bresciano en un equipo que impulsó su carrera. Sobrevuela la incertidumbre de qué pasara con el exterior cuando estén disponibles los Euroliga y los NBA, aunque quedan rendijas abiertas. Por ahí intentará colarse Jaime, que lo tiene claro. "Es un sueño, doy lo mejor de mí para poder ir al Mundial", deslizaba en la web de la FIBA días atrás.

La consideración que tiene Scariolo del jugador invita a ello. "Me gusta porque es competitivo, a veces debe canalizar bien esa energía. Él no duda en dar tiempo extra de trabajo para captar mejor. Es un jugador aún con margen para crecer, está en la cuesta arriba de su carrera. Es ambicioso y tiene ganas de mejorar", comentaba a este periódico el ahora técnico asistente de los Toronto Raptors tras su fichaje por el Unicaja.

El hueco que dejó Juan Carlos Navarro deberá ser restituido. Ahí encaja el escolta verde, que también ofrece seguridad en la protección del aro propio. El escolta oposita con sus mejores días de baloncesto y siendo pieza esencial para que España esté en China y en el Unicaja. Ahí puede estar su premio.

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