Una mecha que se vuelve a encender

Málaga celebró ayer la procesión del Corpus con un desfile por las calles del centro histórico en una jornada marcada por la decisión del Obispado de no prohibir las velas, como sí hizo el año pasado, y por el reducido número de altares, concretamente cuatro, en relación con otros años. Los retablos fueron instalados este año por la Agrupación de Cofradías de la Semana Santa (la imagen del Señor de la Cena), la Agrupación de Congregaciones y Hermandades de Gloria (la Virgen del Carmen de Pedregalejo), la hermandad de Humildad y Paciencia y la hermandad del Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario y la Virgen del Rocío. Como cada año, el cortejo procesional con la carroza del Santísimo Sacramento se puso en marcha desde la Catedral al filo de las 19:00. Previamente, a las 11:30, se celebró la misa, donde el obispo de Málaga, Jesús Catalá, hizo un llamamiento a los fieles: "Queridos cristianos, seamos verdaderos adoradores del Santísimo Sacramento. La Iglesia celebra la eucaristía en primer lugar como pan y alimento, como memorial del sacrificio de Jesucristo, de su muerte y resurrección, como memorial del misterio pascual, al que nos invita a participar comiendo su cuerpo como alimento; pero en segundo lugar, la Iglesia nos invita a adorarlo en este sacramento. Solo adoramos a Dios y a nadie más; ni siquiera a la Virgen, ni a los santos, ni a ningún ser humano; solo adoramos a Dios", señaló.

El recorrido de la procesión fue similar al de otros años, subiendo por la calle Molina Lario, plaza del Siglo, Granada, Méndez Núñez, plaza de Uncibay, Calderería, Granada, plaza de la Constitución, Larios, Sancha de Lara, San Bernardo El Viejo, Bolsa, Torre de Sandoval, Strachan, Molina Lario y plaza del Obispo.