Calle Larios
Málaga y un jardín futuro
Ya me dirán si no hay nada más triste que una ciudad incapaz de preservar sus zonas verdes, pero hay una lógica detrás, municipal y civil, que sostiene esta fatalidad desde hace ya demasiado. Málaga: tonto el último.
Málaga: tonto el último
Ahora que los precios están por las nubes cabe recordar que siempre, en cada coyuntura adversa, ha habido quien ha sacado partido. Y en Málaga el clima es favorable a los muy listos. Málaga: la estrategia del humo.
Málaga: la estrategia del humo
En virtud de su dinamismo vital, la nuestra ha sido siempre una ciudad por hacer. Habría que garantizar, sin embargo, que en los horizontes futuros haya sitio para todos. Donde los más pequeños no caben.
Donde los más pequeños no caben
Si en Málaga se opta por la construcción masiva sin zonas verdes y se convierte a la hostelería en dueña y señora del espacio público, adivinen quiénes serán los primeros en pagarlo. Modelos para Málaga.
Modelos para Málaga
Se pregunta el concejal de Turismo, Jacobo Florido, qué hacer si 20.000 turistas quieren venir a Málaga. A lo mejor algo tan sencillo como garantizar que se cumpla la normativa municipal. Málaga o el arte de amar.
Málaga o el arte de amar
A veces lo más difícil, sobre todo en esta ciudad prodigiosa en la que el cambio se entiende como especulación, es celebrar lo que se tiene, sin más beneficios, sin más estrategias.

Cuatro siglos de historia consular en Málaga
La exposición, que se encuentra en calle Larios, resume la labor social, económica y cultural que realiza el Cuerpo Consular de la provincia desde sus orígenes. .
Dioniso se desata en Málaga
Sería una auténtica lástima no ver en las despedidas de soltero una oportunidad para la proyección internacional de la ciudad, con más argumentos y razones, seguramente, que la tecnología o la sostenibilidad.
Para los malagueños, sin los malagueños
El agravio respecto a los eventos de la ciudad que no cuentan con la marca turística parece no sólo creciente y doloroso, sino ya irreversible. Así que igual firmábamos por una versión postmoderna del despotismo ilustrado.
Kafka en Santo Domingo
Nadie supo cómo llegó, nadie sabe para qué sirve, nadie sabe cómo quitarla, hace falta alguien que firme el papel, pero ahí sigue. Y tal vez vendrán más cosas.