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Unicaja - Tofas Bursa: La sustancia de la BCL (20:30)

La plantilla celebra antes de un tiempo muerto

La plantilla celebra antes de un tiempo muerto / Javier Albiñana

No ha tenido el Unicaja emociones fuertes en esta BCL, que por otra parte habla bien de la seriedad y solidez del conjunto malagueño, cuando es una competición que ha crecido de forma exponencial. Pero se acerca febrero. Plantilla que se ha preparado para una etapa de temporada infernal, donde sí habrá desgaste, pero que por ahora agradece la vuelta del Round of 16. Doble cita semanal que permitirá al Unicaja retomar la chispa, que quizá no se ha apreciado en 2024, salvo en secuencias fugaces. "Los jugadores dirán que quieren jugar entre semana", reconocía Ibon Navarro en la previa del Unicaja-Tofas Bursa, inicio de esta segunda fase (20:30 horas). La riqueza de esta competición, entre otros puntos a favor, es un formato donde un despiste ya te genera estrés, por ello son semanas de mantener esa fiabilidad máxima en un grupo que tiene su dificultad, pero más terrenal que otros que conforman el Round of 16. Esta fase de BCL debería exigir más al Unicaja, de momento con el piloto automático, y competición que nuevamente es, a priori, el camino más apacible para tocar plata, vestuario que es consciente de la dificultad de sumar títulos, precisamente ese golpe en la Final Four de Málaga como un acicate para que el 2024 sea el año de la BCL.

Y aparece después de esa derrota terapéutica de Badalona, que servirá para florecer el hambre y mantenerse alerta. Fue entendible lo visto ante el Joventut, día gris y con una Penya superior, pero se tuvo opciones hasta pocos segundos del final. Manteniendo esa virtud, de competir y ser pegajoso, el Unicaja y su entorno pueden estar tranquilos. Esas catorce victorias seguidas en ACB se han saboreado al máximo, pero es ir cargando con una mochila inútil, cuando el vestuario necesita frescura. Parte de un proceso que se agradecerá en febrero, la hora de la verdad. Alberto Díaz vuelve a ser duda, problema en el glúteo que no termina de solucionar, con el recurso de Guille del Pino para completar los cinco cupos, si el capitán nuevamente reposa. Vuelve la rutina de los descartes, que ha pasado a algo cotidiano, gestión que tendrá que cuidar Ibon Navarro y el cuerpo técnico, porque los partidos aumentan su trascendencia y las citas importantes se avecinan. Un americano se quedará fuera, mientras Sima, Djedovic, Lima serán los otros cupos, además de Mario Saint-Supéry, que de momento continúa en la rutina a la espera de la decisión final del club.

No es un rival cómodo este Tofas para empezar. Dirigido por el turco Orhun Ene, veterano técnico de 56 años, trayectoria como jugador tuvo un paso por Málaga en 1996, cuando militaba en el Ulkerspor y su equipo visitaba Ciudad Jardín para un partido de Euroliga. Es un equipo impredecible y difícil de descifrar, por lo que aumenta su peligro. Bloque de estadounidenses muy talentoso, liderado por Austin Wiley, segundo mejor jugador de la competición. Muchos puntos "y frentes abiertos", como decía Ibon Navarro, en jugadores como Caleb Homesley, jugador de 15 tantos por partido en BCL; Cassius Winston, base pequeño (1.85 m) y con dinamita, o JJ O'Brien. El Tofas es el equipo más anotador de la BCL, con 88.7 puntos por partido, estilo correoso que debería fomentar ese ritmo veloz donde el Unicaja se siente cómodo. Es 11º en Turquía, todos los rivales del Unicaja están fuera de play off en sus Ligas, pero los otomanos entraron vía play in eliminando al PAOK en una extraña serie. Terceros en primera fase (2-4) en un grupo con UCAM Murcia y Derthona. Conjunto por lo tanto peculiar, pero con talento y músculo económico, ya por ello merece consideración, y un viaje futuro a Bursa que será complejo. Tratar de amarrar la primera victoria, esa fórmula efectiva de amarrar las del Carpena y conseguir algo fuera. Empieza la BCL de verdad.

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