El inicio ha sido accidentado, pero parece que el Unicaja empieza a tomarle el pulso a esta campaña. Cinco victorias consecutivas son muestra, cada una de ellas con matices distintos pero con línea ascendente. Del Baskonia al Galatasaray se han vivido importantes altibajos pese a no caer, y ahora se va a por nota visitando al Valencia Basket en La Fuente de San Luis (18:30, #Vamos). Los de Casimiro lo hacen además con la novedad de Jaime Fernández, ausente este miércoles, tras superar sus molestias en el talón.

Han cambiado muchas cosas desde esos cuartos de final de play off. Cayó el Unicaja en el tercer partido ante un Valencia ya clasificado para la Euroliga tras ganar la Eurocup. Son varias e importantes las caras nuevas en el conjunto malagueño, también en el cuadro taronja, aunque sus circunstancias varían. Y es que también les está costando trabajo arrancar, suman apenas dos victorias en ocho partidos entre ACB y Europa. La élite continental consume mucho y el calendario no perdona; ya se vivió hace dos años en Málaga y lo prueban en sus carnes pese a haber sumado refuerzos de nivel.

Resulta interesante el regreso de Quino Colom a España tras cinco años fuera. Referente en la selección de las ventanas y hombre importante en el grupo del Mundial, llega después de un breve e infructífero paso por el Bahcesehir turco para ser líder desde el puesto de base para un Valencia Básket que hizo del grupo y la rotación su fuerte para meterse entre los mejores. Además, este verano perdieron jugadores clave como Will y Matt Thomas –el ex cajista se fue con Plaza al Zenit y el segundo recaló en los Toronto Raptors–, a los que han suplido con Brock Motum, del Anadolu Efes subcampeón de Europa, y Jordan Loyd, una incógnita procedente de la franquicia canadiense que se está erigiendo como el mete puntos taronja: 15 promedia en ACB y 14 en Euroliga. Llegan, eso sí, con las ausencias de Joan Sastre, con una rotura muscular, y de Mike Tobey, con un esguince de tobillo al poco de iniciar el choque del viernes ante el Anadolu Efes.

Entretanto, el Unicaja se ha permitido al fin respirar. El equipo de Luis Casimiro aún tiene esos momentos desconcertantes, comprensibles a estas alturas. Más en un proyecto que ahora varía en estilo y condiciones. Las victorias son un buen refuerzo cognitivo para un equipo en acople. Ayuda a creer y al ambiente, más calmado después de una pretemporada y un inicio con runrún no solo por los resultados, también por sensaciones que empiezan a cambiar.

Van encajando piezas y hay actuaciones esperanzadoras. Josh Adams ha tomado un rol principal, por sus manos han pasado partidos como el de la remontada en Vitoria y ha servido para desatascar al equipo en momentos de escasa creatividad. Los números son escandalosos: en ACB promedia 19.3 puntos con un 55% de acierto en el triple y 16.5 de valoración. También ayuda a crear expectativas el partido de Toupane ante el Galatasaray. Recuperado de su lesión, el francés dejó su primera gran noche con 22 puntos y la autoría de la gran brecha que selló el triunfo en el Carpena durante el último cuarto. Enchufar definitivamente a Jaime sería el siguiente paso en una evolución en marcha.